Los regantes de la cuenca del Tuerto urgen la modernización y el cierre de Villagatón

La cuenca del Tuerto se enfrenta a una dura campaña de riego con las restricciones de agua que se prevén en un escenario de sequía que mantiene al embalse de Villameca con apenas 10 hectómetros cúbicos, sensiblemente por debajo de la media registrada en los diez últimos escenarios. Por ello, el Sindicato de Regantes de Villameca (SCEV) reclama que se agilice el cierre de la presa de Villagatón y se afronte la modernización «para entrar con plenas garantías en la agricultura del siglo XXI».

El presidente de los regantes, Martín Martínez, denuncia que sus campos están entre los que soportan «las mayores restricciones hídricas de la cuenca del Duero» y la situación afectará sensiblemente la producción de las 5.000 hectáreas que dependen de un embalse que, descontando los 2,5 hm3 de remanente y el agua reservada para el caudal ecológico, solo tiene disponibles 13,3 hm3 para riego en una campaña normal, un volumen «a todas luces insuficiente para garantizar las necesidades de los cultivos». En esta, con la sequía en ciernes, solo se podrán disponer aproximadamente de 6 hm3.

El 40% de la cuenca queda en barbecho debido a esta carencia de recursos en una de las zonas «más fértiles» de Castilla y León, como aclara Martínez. De hecho, la cuenca tiene la consideración de «zona hortofrutícola» por parte de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, una calificación basada «en la calidad de su terreno, que cuenta con una larga y antigua tradición de cultivos hortícolas». La riqueza de la Vega del Tuerto lleva años desaprovechada y, en las circunstancias actuales, las prácticamente 2.000 hectáreas que quedan sin cultivar son una pérdida especialmente incomprensible «cuando la sociedad está demandando determinados productos que se podrían producir en la zona».

De ahí la importancia de poner en funcionamiento la presa de Villagatón, proyectada en 1987 y que lleva construida y sin uso alguno desde el año 1994. El presidente del sindicato de regantes asegura que «ya va siendo hora de rentabilizar esta inversión que han llevado a cabo las administraciones». La titularidad de la presa, que fue construida con fondos de la Junta de Castilla y León y de la Diputación, que pagaron entonces lo equivalente a 2,9 millones de euros, fue asumida hace prácticamente un año por el SCEV, un paso decisivo para su cierre.

Desde entonces sigue las reuniones con la Junta, la CHD y el Ayuntamiento de Villagaton-Brañuelas. Pequeños avances que «van por buen camino, aunque no todo lo deprisa que desearíamos y necesitan nuestros campos», resalta el representante de los regantes, que también lamenta que todavía se tienen que conformar con una «agricultura anticuada con unas red de cauces y canales obsoletos y desfasado». «Estamos a la espera modernizar nuestras infraestructuras y adecuarnos a los nuevos sistemas de riego, algo que entendemos es imprescindible para entrar con plenas garantías en la agricultura del siglo XXI».

Martínez incide en la importancia de abordar una agricultura «más respetuosa con el medio ambiente y efectiva a la hora de regar las parcelas», compatible con poder «revalorizar y rentabilizar las explotaciones de la cuenca y hacer que sea posible el deseado intercambio generacional y atractivo para la implantación de empresas o cooperativas que se encarguen de manufacturar los productos».Ambos, la modernización de los cultivos y el embalse de Villagatón «son elementos claves para la cuenca y para paliar en la medida de lo posible los efectos de la España vaciada que estamos soportando en la vega y en la provincia».