La sequía tensiona en León a los agricultores contra el trasvase de agua a Portugal

Vuelven los tiempos difíciles, «muy difíciles», para los agricultores, también los de regadío , que afrontan con mucha incertidumbre una campaña marcada por la grave sequía que afronta el país.

El agua de los pantanos merma de forma alarmante a pesar del cuidado extremo que ponen sus usuarios, como lo atestigua el presidente de la Comunidad de Regantes de Payuelos, Jorge Álvarez Gago, quien espera que los 6.000 hectómetros cúbicos asignados por hectárea sean suficientes para llegar a finales de agosto.

Ante la falta de precipitaciones en abril —no ha caído ni una gota de lluvia entre el 1 y el 17—, los regantes ya han comenzado a tirar del pantano de Riaño el día 1, con todas las precauciones posibles para «regar lo justo y no desperdiciar nada de agua».

Eso sí, advierte de que no van a permitir otros usos del agua que no sean el abastecimiento y el caudal ecológico. Incluido el polémico trasvase para dar cumplimiento al Convenio de Albufeira que tanta indignación levantó entre los regantes leoneses el pasado septiembre —con razón, a tenor de como está viniendo esta campaña—.

También descarta Álvarez Gago que vaya más agua para surtir el campo del Bajo Carrión, un sistema en serias dificultades. «Se llevan también 6.000 m3 por hectárea para regar 12.000 hectáreas. Tienen la misma dotación que nosotros y habrá que poner medidores en el canal para mirar que se vaya el agua justa», argumenta.

El presidente de Payuelos recuerda que tanto el Bajo Carrión como el Páramo Bajo riegan de Riaño en precario, porque los destinatarios principales son Payuelos y el Canal de la Margen Izquierda del Porma.

Por su parte, la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) avisa de que tanto los acuerdos de las Juntas de Explotación como las medidas aprobadas para los sistemas de la cuenca durante la actual campaña de riego «podrán ser revisadas en las próximas semanas en función de la evolución de la primavera». El organismo regulador asevera que el desarrollo meteorológico que pueda mostrar el mes de mayo «será determinante para el desarrollo de la campaña de 2023» en todos los sistemas.

En un comunicado remitido ayer, la CHD incide en que el carácter «seco y caluroso» de las primeras semanas de la campaña de riego ha provocado que todos los sistemas de explotación de la cuenca hayan comenzado el descenso en sus reservas.

En la última semana las reservas han disminuido en 40 hectómetros cúbicos en el conjunto de embalses de titularidad estatal gestionados por la CHD. En este punto señala los 9 hm3 de descenso en el sistema Esla. Riaño tenía ayer 88 hm3 menos que hace un año y el Porma 47 hm3 menos. Barrios de Luna y Villameca presentan una situación sensiblemente mejor que en abril de 2022.

CHD insiste en que «es reseñable indicar que el valor máximo de reservas en la cuenca se alcanzó a principios del mes de abril, cuando lo habitual es que este se sitúe en el entorno del final del mes de mayo», señala el comunicado, en el que el regulardor insiste que, en este contexto, unas «precipitaciones de importancia» en el mes de mayo serían «fundamentales» para que la campaña de riego «se pudiera desarrollar con mayores garantías en todos los sistemas de explotación». La Confederación también hace hincapié en que tanto la normativa general como el Plan Hidrológico de cuenca sitúan al abastecimiento de la población «como el uso con preferencia absoluta sobre todos los demás» y aseguran que el trabajo diario del organismo de cuenca se basa en esta premisa.

Precisamente ayer, la CHD mantuvo dos reuniones con los regantes de los sistemas Pisuerga-Bajo Duero y Carrión para analizar el inicio de la campaña de riego, reuniones para mantener «un contacto permanente con los usuarios del agua» durante esta campaña de riego, marcada por la escasez de precipitaciones.

En el caso del sistema Pisuerga-Bajo Duero se aprobaron restricciones limitando a una dotación máxima de 3.500 metros cúbicos por hectárea. En el caso del Carrión, la dotación máxima determinada a partir del volumen de embalse mínimo a disponer a final de año hidrológico es de 4.500 m3 por hectárea.