MEDIO AMBIENTE
Valsemana alumbra los primeros diez urogallos leoneses, un «seguro de vida» para revertir su extinción
El consejero de Medio Ambiente visita las instalaciones del centro de cría, que ya se ha convertido en referente internacional en el estudio de la especie gracias a una inversión de 5,1 M€
La última esperanza del urogallo cantábrico reside en Valsemana, municipio de La Ercina, donde desde hace ya más de un año se trabaja casi a contrarreloj para revertir la dramática situación que sufre la especie en España, donde se contabilizan ya menos de 200 ejemplares en toda la Cordillera Cantábrica, de los que el 80% están en León.
En pleno corazón de esta dehesa de 800 hectáreas de utilidad pública de la Junta de Castilla y León, se encuentra el Centro de Cría del Urogallo, un moderno complejo que por sus instalaciones, por sus aparatos de última generación y por el prestigio y dedicación de sus trabajadores, ya se considera como centro de referencia internacional no solo en la recuperación de la especie, sino en su estudio y en la anticipación de esas amenazas que han convertido a este ave en una de las más vulnerables de la fauna en España.
Así lo explicó ayer el consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, Juan Carlos Suárez- Quiñones, quien acompañado por el Subdirección General de Biodiversidad y Medio Natural del Ministerio para la Transición Ecológico y Reto Demográfico, Miguel Aymerich, el alcalde de La Ercina, Ignacio Robles, y otros responsables de la consejería, visitó las instalaciones en las que se han invertido 2,2 millones de euros, financiados por la Junta de Castilla y León y el Gobierno de España, más otros 700.000 del Gobierno autonómico para 2023, y que se prepara para recibir otros 2 millones de euros en los próximos cuatro años en actuaciones para la mejora del hábitat con cargo al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.
«Este es un centro muy importante, porque va a ser un referente internacional en la cría del urogallo, y en el que colaboran institutos de prestigio como el INIA o el CSIC, no solo en la infraestructura, sino también en el estudio y la investigación», explicó el consejero.
Suárez-Quiñones alertó del «grave peligro» de desaparición que amenaza la especie, algo que corroboró el responsable del ministerio que apuntó que «el urogallo, junto a otras siete especies, tiene en este momento la máxima categoría de amenaza en España». Según Aymerich, «desgraciadamente para estas especies el trabajo de campo no es suficiente, como ha pasado con el lince o el visión europeo, que están borde de la extinción, pero que con un trabajo decido se pueden sacar adelante».
Por este motivo, el responsable del ministerio felicitó a la Junta de Castilla y León por liderar este proyecto. «Es tan importante el trabajo que se pueda hacer en este centro como el que se hace en el campo, y la Junta está haciendo un trabajo decido de mejora del hábitat, en el que el ministerio también colabora, para que la población se estabilice y se refuerce en un futuro con los ejemplares que salgan de este centro», al que calificó de referencia para la mejora de las técnicas de recuperación.
En este sentido, Suárez-Quiñones avanzó que el objetivo de Valsemana es por lo tanto «revertir esta situación» para criar urogallos y repoblar el medio natural y evitar así ese «enorme» peligro de extinción. «Es una misión compleja, porque el urogallo es una especie delicada, pero se abordará desde la reproducción artificial y también desde la natural, cada una con su línea, para crear nuevos ejemplares». Este centro tiene además especial importancia ya que «recoge las experiencias de criadores internacionales, tanto públicas como privadas, como Polonia, y también del centro de Asturias de Sobrescobio», explicó.
El consejero pudo comprobar los primeros resultados obtenidos por el valioso equipo humano que trabaja en este centro, siete empleados, de los cuales seis son a tiempo completo y uno a tiempo parcial: un veterinario director del centro, dos biólogos técnicos de apoyo, una investigadora postdoctoral y tres peones especialistas de apoyo al mantenimiento, manejo y estudio del comportamiento animal. El director del centro, Gabriel de Pedro, comentó que desde hace meses trabajan con ejemplares de líneas boreales —procedentes del centro de Europa— para afianzar las técnicas de reproducción, y anunció que están criando ya diez ejemplares cantábricos de dos puestas de campo, donde se extrajeron doce huevos de los que diez lograron eclosionar. «Estos urogallos son semiadultos y hasta los dos años no se podrán reproducir», explicó De Pedro que confirmó que «son datos muy positivos, teniendo en cuenta lo delicada que es la especie» y matizó que son «urogallos de León nacidos en Valsemana».
El estrés, y ciertas patologías que sufre la especie, como las paradas cardiacas, son los principales problemas con los que se encuentra el personal de este centro a la hora de sacar adelante los pollos, a los que dedican prácticamente las 24 horas del día con un cuidado extremo, para no interferir en su comportamiento e evitar posibles colisiones.
Por su parte, el jefe del Servicio de Espacios Naturales de la Junta, David Cubero, explicó que en el centro hay por un lado ejemplares centroeuropeos, de linaje boreal adquiridos a través de criadores particulares, con el objetivo de trabajar e investigar las distintas técnicas de reproducción «No son ejemplares destinados al stock reproductor que se reduce a la población cantábrica», explicó Cubero, que sí comentó que en un futuro se trabajará con la línea pirenaica, después de que en el marco del grupo de trabajo de la situación crítica del urogallo se haya establecido que tienen la misma unidad evolutiva. «Se ha aprobado que se trabaje con ambas líneas como una única unidad de manejo en España y en esos términos se va ha actualizar y modificar la Estrategia Nacional del Urogallo», concretó.
Actualmente se continúa con las gestiones para adquirir nuevos individuos centroeuropeos que permitan probar y poner a punto las técnicas de reproducción asistida y manejo para aplicarlas a las poblaciones ibéricas. Así, se ha planeado la construcción de un nuevo edificio para albergar los módulos destinados exclusivamente al proceso de cuarentena de los individuos llegados al centro. Se ubicará a cierta distancia de los edificios E1 (edificio principal) y ES (módulo de pollitos de segunda edad).
Además, se ha iniciado la formación del stock reproductor de los ejemplares cantábricos que se congelan en un complejo recipiente de nitrógeno, a menos 190 grados de temperatura, donde pueden permanecer las muestras durante 50 años.
El objetivo teórico del Centro de Cría del Urogallo es disponer de 20 machos y 50 hembras como plantel de reproductores; se alcanzaría en aproximadamente 5 años, dependiendo de la incorporación de ejemplares a través de la retirada de puestas silvestres en la población cantábrica y pirenaica. A su vez, el objetivo sería reintroducir a partir del sexto año un número próximo a los 50 pollos.
Estas cifras son un reto para el programa de conservación ex situ, y para este centro de cría en particular, por lo que se está trabajando en colaboración con instituciones en España y Europa para la investigación y desarrollo de técnicas reproductivas con el urogallo, principalmente relacionados con la reproducción artificial, de la mano del Grupo de investigación en Fisiología y Tecnologías de la Reproducción en Especies Silvestres del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA-CSIC), con el objetivo final de reforzar las poblaciones silvestres con ejemplares nacidos en cautividad.