Veguellina de Órbigo: un futuro sin fábrica escrito a un puñado de kilómetros
Menos de veinte kilómetros separan La Bañeza de un escenario con fábrica cerrada. Veguellina de Órbigo, a 17 kilómetros de La Bañeza, es un buen banco de pruebas para pensar en una Bañeza sin azucarera. Aquí la molturadora se cerró en agosto de 1998, dentro del programa de fusiones que impulsó el Gobierno para que la industria española pudiera competir con la europea. El resultado fue un descalabro «salvaje» para esta localidad del municipio de Villarejo de Órbigo, que no ha remediado la construcción de un polígono industrial.
El secretario de la Asociación de Empresarios del Órbigo y comerciante de esta localidad, Desiderio Sutil, apuntó que el cierre de la factoría de la extinta Sociedad General Azucarera no se notó hasta «pasados tres o cuatro años», ya que «un 80% de los trabajadores se prejubilaron y mantuvieron su residencia en el pueblo». Pero las colas de tractores con remolque que se formaban a la entrada del complejo fabril para entregar la producción dejaron de existir cuando este dejó de ser punto de recepción «y decidieron que la remolacha se llevara en camiones a La Bañeza». Mayor eficacia en el traslado y menos ingresos para el comercio de la localidad, al reducirse los viajes de los agricultores, «que consumían menos».
Valor añadido
A esto se suma el abandono paulatino del cultivo —generalizado en la provincia desde 2006—. «El maíz y el trigo no arrojan el beneficio que dejaba la remolacha, porque no necesitan transformación, no generan valor añadido», indicó Sutil, que recuerda «la cantidad de camiones, de pulpa o de azúcar» que entraban a la molturadora con el consiguiente movimiento económico. La mano de obra «que necesita la remolacha no es necesaria para el maíz y el cereal y, a medida que los agricultores se iban jubilando, las tierras que trabajaban diez quedaban en manos de dos», relató. El polígono industrial de Villarejo de Órbigo no ha logrado cubrir el hueco que dejó la fábrica, reducida a ruinas desde hace años.
Desde entonces, el municipio de Villarejo de Órbigo —con Veguellina como núcleo de mayor tamaño—, ha perdido población de manera paulatina. Los datos del padrón municipal que proporciona el Instituto Nacional de Estadística (INE) reflejan un descenso del número de habitantes del 15% en los últimos 20 años: de 3.579 vecinos en 1998 a los 3.034 del dato facilitado a 1 de enero de este año, pese a encontrarse en una zona donde el cultivo de la remolacha aún se mantiene, con algún municipio vecino entre los que más raíz aportan al total de la producción de la provincia.