«Para un buen sistema inmune hay que producir hormonas de la felicidad»
El catedrático de Inmunología de la Universidad de Sevilla, Alfredo Corell, que desarrolla su actividad en el Hospital Virgen del Rocío, abrió este lunes el ciclo sobre inmunoterapia que organiza la Fundación Sierra Pambley con la conferencia La fuerza y el lado oscuro de las defensas. Introducción a inmunología e inmunoterapia.
—¿Qué consecuencias tienen los fallos del sistema inmunitario?
— Son el lado oscuro que provoca enfermedades autoinmunitarias o tumores porque pierde la vigilancia de la transformación de las células tumorales. Pero esas mismas herramientas de las defensas pueden ser utilizadas en el tratamiento de las patologías.
—¿Cuál es la revolución de la inmunoterapia?
—Los anticuerpos van a sustituir a terapias más agresivas como la quimio y la radioterapia. Con la integración de la inmunología y la inteligencia artificial podremos asistir al desarrollo de terapias personalizadas para el cáncer y otras patologías. Las CAR-T ya están para algunas leucemias y para el lupus, entre otras.
—¿Qué puedo hacer para fortalecer mi sistema inmunológico?
—Una dieta que no excluya ningún alimento. Lo único que hay que evitar son hidratos de carbono que no sean integrales. Las personas con dietas extremas o veganas tienen que complementar su alimentación con vitaminas. En España no tomamos suficiente sol y podemos tener un déficit de vitamina D que afecta a las defensas. Hay que tomar quince minutos al día de sol en la cara y los antebrazos, pero no en las horas punta. Tener un hábito de sueño saludable, como dormir como mínimo siete u ocho horas, —mejor ocho que siete—, porque si interrumpimos los ciclos del sueño antes de que se completen nos podemos quedar con el ciclo de inflamación encendido y eso predispone a desarrollar más patologías. El estrés influye. Probablemente no se pueda evitar, pero sí podemos contrarrestar las hormonas del estrés con las de ‘la felicidad’, como la dopamina, que se generan con el ejercicio físico moderado, como una carrera, actividad sexual, lectura o la música. Hay que buscar unos pocos minutos al día para producir hormonas de la felicidad. La actividad física es imprescindible. Para una persona de edad media, madura, se recomiendan 150 minutos semanales con ejercicios cardiovasculares y de fuerza. Eliminar los hábitos tóxicos como el alcohol, las drogas o el tabaco. Si pillamos una borrachera, los días siguientes el sistema inmunológico estará deprimido y no será conveniente vacunarse porque no se va a tener la misma reacción . Y tener nuestra cartilla de vacunas al día porque las enfermedades de las que protegen o bien son mortales o bien pueden dejar secuelas importantes.
—¿Dormimos lo suficiente?
—El sueño es importante para fortalecer el sistema inmune. La siesta debe ser corta, no más de treinta minutos, porque si es más se inicia el ciclo del sueño y de nuevo se puede quedar encendida la parte inflamatoria del sistema inmunitario. Setenta y dos horas sin dormir es nefasto, puede provocar grandes daños. Las personas que tienen ciclos cortos de sueño o siestas largas pueden desarrollar un proceso inflamatorio generalizado conducir, por ejemplo, a la obesidad.
—¿Qué diferencia tiene para el sistema inmunológico la vacuna de ARN y la del virus atenuado?
—La tecnología del ARN merecedora del Premio Nobel de Medicina se ha usado para otras enfermedades, pero sí es la primera vez que se utiliza como vacuna. Con esta tecnología, se sintetizan las proteína del virus dentro de la célula y se produce lo que llamamos la inmunidad entrenada, que además de protegernos del coronavirus nos puede proteger de otras enfermedades infecciosas.
—¿El sistema inmune es más potente que el cerebro?
—El sistema nervioso central y el sistema inmunitario son dos supersistemas de vigilancia y de defensa que están interconectados con todos los tejidos y órganos. Se comunican.
—¿Cómo influye la microbiota en el sistema inmune?
—De manera tremenda. Cada vez se conocen más datos. Hay autores que consideran que el conjunto de la microbiota se puede considerar una parte del sistema inmunitario. Cuando hay alteraciones de las bacterias y hongos que viven en nuestro intestino se producen enfermedades. Ya se ha empezado a hacer trasplantes fecales o de microbiota.
—¿Están aumentando las enfermedades autoinmunes?
—Ahora se diagnostican más. La llamada hipótesis de la higiene hace que en los países del primer mundo haya aparecido enfermedades alérgicas e inmunitarias. Esto se produce porque durante la infancia, que es el periodo de entrenamiento de las defensas,hemos vivido en un entorno excesivamente estéril. No es que haya que vivir en la basura, pero sí en un entorno que tenga más microorganismos para que nuestras defensas se desarrollen.