A la cabeza en donación de cerebros
León cuenta con 161 donantes de cerebros. El biobanco custodia ya 31 cerebros donados por leoneses para destinarlos a investigación. Los responsables del Instituto de Neurociencias de Salamanca alertan de la falta de apoyo de la Consejería de Sanidad.
El cerebro también se puede donar. La finalidad de este acto no es dar o mejorar la vida directamente de otra persona, como ocurre con la sangre o el resto de los órganos. Donar el cerebro es apostar por la investigación para encontrar respuestas al aumento de las enfermedades neurológicas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) pone cifras a estos trastornos. Causan más de 6 millones de muertes cada año por accidentes cerebrovasculares, otras 50 millones de personas en todo el mundo sufren epilepsia, 47,5 millones de personas padecen demencia, y se diagnostican 7,7 millones de casos nuevos cada año — la enfermedad de Alzhéimer es la más común de demencia con el 70% de los casos—. La prevalencia de la migraña es superior al 10% en todo el mundo. Los investigadores necesitan cerebros, sanos o con alguna patología previa, para investigar porque no es posible tener un diagnóstico exacto de lo que le pasa a un cerebro sin extraer una muestra y analizarla después de la muerte. No hay pruebas radiodiagnósticas tan concluyentes como el estudio directo del cerebro.
León es líder en la Comunidad en donación de cerebros. 161 leoneses y leonesas han firmado ya el acta de donantes y se han realizado ya 31 extracciones desde que en 2011 se abrió el biobanco en Salamanca. El Hospital de León cuenta con una sede independiente del Banco de Cerebros desde 2014. La última donación de cerebros que se hizo en León fue el miércoles 12 de febrero. El catedrático Miguel Cordero del Campillo, uno de los fundadores de la Universidad de León con una sobresaliente vida académica, firmó su acta de donante el 4 de marzo de 2013. Un cerebro brillante útil para la ciencia, no sólo por sus aportaciones científicas en vida, sino también después de su muerte. «Hay que saber cómo se producen las alteraciones neurológicas y cómo han llegado a ese desvío. Esto hay que saberlo para buscar un antídoto y eso requiere donaciones de cerebros», decía Cordero del Campillo en una entrevista a este periódico en marzo de 2014.
Javier Herrero, director del Banco de Cerebros de Salamanca. DL
Según el director del Banco de Cerebros del Instituto de Neurociencias de Castilla y León con sede en Salamanca, Javier Herrero, el impulso dado a la divulgación para la donación desde el Centro Alzhéimer de León ha triplicado el número de donantes en la provincia. El biobanco de León se abrió tras años de lucha y reivindicación por parte de los familiares de los enfermos de Alzhéimer y la apuesta decidida de la entonces jefa del servicio de Anatomía Patológica, Teresa Rivas, y la dirección del Hospital de León. En León se extraen los cerebros de los leoneses que donan, se hace la autopsia y se guardan los tejidos en cámaras frigoríficas a -80º. «Pueden conservarse así para siempre», destaca el actual jefe, José Santos Salas Valien, que pone de relieve la importancia de los bancos de cerebros. «Vendrían bien más cerebros. Ahora ya funcionamos con normalidad y estamos preparados las 24 horas del día por si nos llaman desde Salamanca cuando fallece un donante. Aquí realizamos la extracción y la autopsia, es un proceso que no dura más de dos horas. El donante tiene un diagnóstico exacto de su cerebro y eso queda archivado para posibles investigadores». Tres científicos de centros internacionales de investigación neurológica se han llevado ya muestras de tejidos de cerebros donados en León. Los biobancos de cerebros, como los órganos, funcionan en una red pública disponible para cuando sean necesarios en cualquier parte del mundo.
La apertura del Banco de Cerebros en el Hospital de León supuso un impulso importante para la donación. La Asociación Alzhéimer de León, volcada en la atención directa de las personas afectadas y sus familias, con más de doscientos usuarios, trabaja también en investigación no farmacológica, divulgación y concienciación para la donación de cerebros. Desde Salamanca se ocupan de la gestión de los traslados de los cadáveres y todo el proceso administrativo. El trabajo se coordina entre León y Salamanca
«Sin embargo estamos luchando contra los elementos», se lamenta el director del Instituto de Neurociencias de Castilla y León, Manuel Sánchez Malmierca. «Rogando para que la Junta de Castilla y León nos financie. Hasta hace cinco años nos financiaba directamente pero ahora sólo tenemos una pequeña subvención de 6.000 euros que nos llega a través del Instituto de Biomedicina de Salamanca. Eso da para poco. Da para el traslado del cuerpo y pagar el teléfono, de lo que nos encargamos nosotros». Sánchez Malmierca califica de «desidia general» la política de las autoridades sanitarias de Castilla y León con respecto al Banco de Cerebros.
Supervivencia
"Es duro pero los políticos lo tienen que saber. La Consejería de Sanidad no apoya el Banco de Cerebros"
«Le enviamos una carta al anterior consejero de Sanidad, Antonio Sáez Aguado. Esa misma carta se la hemos enviado a la actual consejera, Verónica Casado, y la respuesta ha sido la misma. Ninguna». El director del Banco de Cerebros de Salamanca, Javier Herrero, pone el 15 de abril como fecha clave. «Se le acaba el contrato al técnico del laboratorio», asegura.
Pese a la preocupación por lo que consideran falta de apoyo, tranquilizan. «El Banco de Cerebros seguirá en Castilla y León. Los que apostamos por este servicio vamos a seguir manteniéndolo porque es el compromiso que hemos adquirido con todos nuestros donantes. Si no conseguimos mantener el contrato del técnico, tenemos el firme compromiso de seguir adelante a pesar de todo porque necesitamos cerebros para investigar y hay muchas personas que quieren donar».
«El Gobierno de esta comunidad no apoya el Banco de Cerebros y me han llegado rumores que me preocupan y ponen en peligro el mantenimiento de este servicio. Hay otras comunidades autónomas que lo están potenciando porque solo hay 15 en toda España, uno de ellos en Castilla y León. Uno pensaría que Castilla y León debería luchar por mantener ese servicio aquí potenciarlo. Tenemos talento y conocimientos. Las muestras que custodiamos aquí sirven a los investigadores de todo el mundo», asegura el director del Instituto de Neurociencias de Castilla y León, Javier Sánchez Malmierca. «Es duro, pero la sociedad y los políticos lo tienen que saber»