Las campanas tocan a fiesta en Palacios de la Valduerna

Las campanas de la iglesia de la Asunción de Palacios de la Valduerna tocaron a fiesta para celebrar el reconocimiento del toque manual como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.

Antonio Martínez Pérez, autodidacta y uno de los seguidores de Joaquín Alonso, fundador de la Escuela de Campaneros de Villavante, se subió al campanario para tirar de los dos badajos de los dos bronces que coronan la espadaña del templo.

Con este gesto, el pueblo leonés de Palacios de la Valduerna se suma a las múltiples manifestaciones de alegría que recorren hoy los campanarios de toda España por haber sido incluida esta tradición de siglos en la lista de la Unesco como una muestra de la riqueza cultural inmaterial de España.

La convocatoria lanzada por Campaneros de Albaida e Hispania Nostra ha tenido eco en distintos pueblos leoneses como Fresno de la Vega, Villabalter, Santa Marina de Torre, Villafranca del Bierzo y Campo, aunque en algunos lo  harán coincidir mañana domingo con la festividad de Santa Bárbara, que además de mineros o artilleros, es patrona de las campanas.

El comité de la Unesco tomó la decisión el pasado 30 de noviembre en Rabat, después de un largo proceso de cinco años de reivindicaciones e informes para que los embajadores del patrimonio cultural inmaterial de la Unesco comprendieran y valoran el significado del toque manual de campanas.

Un saber transmitido de generación en generación durante los siglos en que fue un medio de comunicación y de cohesión social en el mundo rural, tanto en lo civil como en lo religioso. Los toques de fiesta, hacendera, fuego o concejo tenían una utilidad para llamar a la gente a determinadas actividades. El de tente nube, como ritual para espantar las granizadas y pedrisco sobre las cosechas. En el lado religioso, se sitúan los toques de oración, muerto o entierro de niño.