«Aunque no encontremos nada»

Una veintena de familias que buscan a alguna de las 71 personas ejecutadas en Villadangos por la represión franquista en los días posteriores al golpe del 18 de julio de 1936 y enterradas en su cementerio por la labor compasiva de un médico y un cura están con el corazón en un puño ante el comienzo de la intervención en el cementerio.

La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica inicia hoy la búsqueda de la fosa. «Aunque no encontremos nada», lema sobre el que se han conjurado las familias tras largos años de espera a que llegara este momento.

Vienen desde Madrid, Asturias, Galicia, Cataluña y otros puntos de la geografía del país. «Se trata de la culminación de un difícil proceso en el que las familias llevan años tratando de conocer el paradero de sus seres queridos, recibiendo informaciones dispares y encontrando en el ayuntamiento de Villadangos del Páramo numerosos obstáculos hasta que las familias han conseguido imponer su derecho», dice la ARMH.

La asociación insiste en que las labores se llevan a cabo con recursos propios de la asociación y el trabajo de las personas voluntarias. «La ARMH no solicita subvenciones públicas porque los derechos humanos no se subvencionan, los derechos humanos se garantizan», señala el comunicado remitido ayer.

El estudio histórico realizado por Ana Cristina Rodríguez Guerra, de la Universidad de León señala que «urante los primeros meses de la contienda, diversos parajes de la provincia de León se convirtieron en espacios de escenificación de la represión extrajudicial». Los más conocidos fueron Valverde del Camino, Casasola, Campo de Fresno, Montearenas en Ponferrada, el depósito de máquinas de la azucarera de León o Villadangos.

Este último se considera ya uno de los espacios más importantes de memoria de la provincia debido a la magnitud de la represión que tuvo lugar allí. En el monte de esta última localidad, en la que hoy se inician las labores de búsqueda de la fosa de 71 de estos represaliados, se sabe que hubo más de cien paseados desde finales de agosto hasta noviembre. Las sacas efectuadas en esta zona comenzaron el 25 de agosto de 1936,con el asesinato de Evaristo Fuentes Fuentes. Le siguió Marcelino Rodríguez Alano, fusilado el día 31 de ese mismo mes. A lo largo del mes de septiembre fueron paseadas veintiséis víctimas, asesinadas en nueve sacas diferentes. El mes de octubre de 1936 fue el más sangriento. o. Se efectuaron diez sacas en las que fueron asesinadas un total de cincuenta víctimas. Finalmente, en el mes de noviembre las personas fusiladas en Villadangos fueron cinco, distribuidas en cuatro sacas diferentes, señala el estudio de la ARMH.

Un buen número de estas personas permanecen aún en el anominato. Hay 43 identificadas a partir de las inscripciones en el Registro Civil de Villadangos y las similitudes que han encontrado investigadores y familias por las detalladas descripciones que la acción humanitaria llevada a cabo por el médico Tomás del Riego y el cura Manuel García.

«Llevaban a los fusilados en un carro al cementerio», contó Juan José del Riego, hijo de Tomás, recordando lo que vio de niño en el pueblo y lo que permaneció en la memoria de muchas personas. Otras dos fosas de las víctimas de la represión franquista en Villadangos, que fueron ejecuciones realizadas de forma extrajudicial, pueden estar en los cementerios de Fojedo del Páramo (con 13 cadáveres) y Celadilla del Páramo (con dos fusilados), según los datos que obran en el Registro Civil del Ayuntamiento de Villadangos.