Memoria histórica
Exhuman a diez de los 71 represaliados enterrados en Villadangos
La exhumación de la fosa de Villadangos ha sacado a la luz diez de las 71 personas víctimas de la represión franquista en 1936.
En un espacio de aproximadamente 1,20 metros por 2,50 metros, delimitado por dos muros, se han encontrado estos diez cuerpos en lo que pudo ser el recinto civil del cementerio. Además de los objetos hallados el viernes (gemelos, chisquero, mina de lápiz, peine, espejo y un trozo de tela) se han hallado en la fosa proyectiles de arma corta de las que usaban los pistoleros falangistas, monedas y una medalla.
Los trabajos que la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) empezó el jueves no pueden proseguir en la dirección este de la fosa debido a que en los años 90 se construyeron nuevas tumbas.
Los restos de al menos tres de los cuerpos identificados son incompletos al estar afectada la fosa por la cimentación de la sepultura colindante. La extracción de estos últimos restos ha tenido especial dificultad por estar atrapados en parte por el panteón.
La disposición de los cuerpos, unos encima de otros, confirma que fueron arrojados sin más miramientos y que se trata de una fosa común, con similares características a las muchas que ha exhumado la ARMH.
No se descarta que haya habido remoción de los restos al hacer las obras de los nuevos panteones.
“Los trabajos han sido un éxito dadas las dificultades para llegar a este momento y la negación de que esta fosa existiera con la que nos habían insistido”, valora el vicepresidente de la ARMH, Marco González. “Se ha recuperado un porcentaje pequeño de las víctimas, pero representan a todas y su hallazgo es la imagen de la represión fascista en León”, añadió.
La determinación de la identidad de estas personas es incierta y será un proceso que llevará tiempo, una vez que se analicen los restos en el laboratorio de antropología. Las familias han vivido este momento “entre el dolor y la alegría, pero cada vez con más alegría y menos dolor”, comentan allegados de los hermanos Francisco y Jesús Rojo Álvarez, dos jóvenes de 16 y 18 años, naturales de Ardón, que fueron apresados por falangistas el 21 de septiembre de 1936 en su pueblo mientras trabajaban. Fueron trasladados a San Marcos y se cree que fueron ejecutados en el monte de Villadangos.
En el monte de esta villa se estima que fueron eliminados de forma extrajudicial más de un centenar de personas debido a la represión franquista organizada a los pocos días del golpe de Franco contra el Gobierno de la República. De un total de 86 hay constancia de enterramiento, a través del acta de defunciones del Registro Civil. De ellos, 71 están en el cementerio de Villadangos, 13 en Fojedo y dos en Celadilla del Páramo, ambos pueblos pedanías del municipio.