La lección magistral de un pastor leonés sobre el mastín
«Donde hay buenos mastines, no matan los lobos», afirma el ganadero trashumante leonés y criador de mastines, Gregorio Fidalgo, en el documental checo ‘Beránek a Vlk’ (‘El cordero y el lobo’), de Martin Cáp. El mastín es el verdadero protagonista de esta película, donde se ensalza su valía como perro de trabajo para guardar el ganado y proteger del lobo a los rebaños de ovejas, de vacas, de cabras y de caballos.
Cordero y lobo: ¿enemigos eternos? ¿Cómo pueden compartir el mismo paisaje? La película documental de Martin Cáp sobre los viajes que conduce a experiencias de convivencia de los pastores y su ganado con los lobos como la que protagonizan desde hace siglos los ganaderos trashumantes en León.
Gregorio Fidalgo, hijo y nieto de pastores trashumantes de la Montaña de Luna y criador del linaje Mastines de Abelgas, ofrece una lección magistral sobre este perro de trabajo en el documental. El mastín está en el ADN del pastoreo trashumante, y sobre todo de la montaña leonesa, y es una solución a los problemas que los ganaderos checos tienen con el lobo.
«Un perro mastín debe de ser grande, debe de ser largo, debe de ser alto y debe tener buenos vientos para oler el lobo», asegura Fidalgo en el capítulo de Beránek a Vlk dedicado a España y que se centra en la experiencia de los ganaderos leoneses en rebaños de ovejas y vacas.
Las virtudes de un mastín donde mejor se ven es en el campo
En cuanto a otras características morfológicas añade que «debe tener buenos colmillos, buena boca y que la mordida sea en tijera». Un buen mastín también se define porque «debe tener apego al ganado», añade Fidalgo, que comparte con su esposa, Violeta Alegre, una de las cabañas merinas negras más grandes de España bajo el régimen de titularidad compartida (Ganadería Fial).
«El morro que sea largo y ancho; buena cabeza; las patas, que sean largas, debe de ser ágil, que dé imagen de que el perro tiene la sangre que tiene que tener para andar por el monte, para correr, para saltar, que no tenga impedimentos». subraya en su intervención.
«Las virtudes de un mastín donde mejor se ven es en el campo. Donde hay buenos mastines, no matan los lobos», apunta Fidalgo. Las pocas bajas que se dan en el ganado trashumante son la prueba de su eficacia en una zona como la montaña leonesa.
No hay un método para enseñar a los mastines a ser buenos con el ganado. «Es una cuestión de instinto, el que vale, vale», puntualiza el ganadero. Lo único imprescindible es que convivan con el ganado desde pequeños.
«Yo protejo a mi rebaño del lobo con los mastines. Es el animal de protección más eficaz que hay, En España está demostrado que quien tiene buenos mastines, apenas tiene problemas con el lobo», recalca.
El documental ofrece imágenes espectaculares de la montaña de León. Si en Lago de Omaña ya se nota el avance de la primavera, en las cumbres aún hay nieve. Una braña lacianiega donde pasta el ganado vacuno de Luisma Fernández, de Villablino, aporta un ejemplo novedoso en los tiempos actuales de manejo de un rebaño de vacas con mastines. «El mastín siempre valió. A nosotros no nos han matado ningún ternero», asegura el ganadero. Fernández destaca el «apego» de los mastines al ganado, algo que le distingue de otras razas de perros que también se usan para pastorear.
En el norte de León, con ser una zona donde el lobo tiene una gran presencia, se dan menos ataques que en otros territorios como las dehesas de Salamanca. «El lobo nunca ha dejado de existir y la gente que tiene bien protegido al ganado, como los trashumantes, no tienen problema», puntualiza.
Fidalgo justifica la existencia del lobo por su papel en el equilibrio de los ecosistemas donde habita. El documental recoge las experiencias de ganaderos y ganaderas en Italia, Chequia y España, donde todos los testimonios proceden de la provincia de León.
Este capítulo se grabó en la primavera de 2019 en Lago de Omaña, donde el rebaño de Ganadería Fial realiza la trasterminancia en primavera; en Villablino, con la experiencia del ganadero de vacuno Luisma Fernández; en Reliegos, enclave del Camino de Santiago, pasa la primavera el rebaño de José Morán.
La eficacia de los mastines para guardar el ganado llegó a oídos de en el documental producido por la Association Anuti‘ Duha (Arco Iris) con el fin de ofrecer a los pastores y ganaderos de Chequia ejemplos de manejo del ganado con perros especiales para combatir los ataques del lobo.
Se cuenta que el último ejemplar fue abatido hace 250 años en Chequia, pero en las últimas décadas se ha reintroducido el canis lupus y ya es el enemigo número 1 de los rebaños de este país de casi 11 millones de habitantes.
El documental compara cómo los granjeros checos, que se están acostumbrando a la nueva situación, se acercan a los lobos y cómo perciben a los lobos en el sur de Europa, donde nunca han sido exterminados por completo.
La ancestral cultura pastoril queda reflejada en un chozo rehabilitado según la tradición. El habitáculo donde los pastores trashumantes pasaban el verano estaba no tenía más comodidades que la lumbre para hacer la comida o la cena y el suelo para dormir. «La vida de aquella era dura», apostilla Fernández. Y siempre con el lobo al acecho porque «nunca desapareció». Y siempre con el mastín vigilante.
Ayer y hoy, el mastín es imprescindible para subir con los ganados a las brañas y a los puertos pirenaicos donde pasan el verano los rebaños trashumantes y trasterminantes de ovejas, vacas y cabras. También para los caballos es apto el mastín.
Los mastines son eficaces, pero cuesta mantenerlos. Es un dinero que los pastores y pastoras consideran bien invertido. Los ladridos del mastín y el sonido de los cencerros ambiental la cinta de algo más de 50 minutos de duración y que ahora se puede ver en versión completa: