Diario de León

Concurso internacional

León tiene el mejor bonsái de España

Un tejo de 350 años cuidado durante dos décadas por el leonés Rubén Ciezar Villanueva logra el primer premio en el campeonato nacional celebrado en Madrid. Ciezar estudió Ingeniería Agrónoma sólo para cuidar bonsáis. Le han ofrecido por él 50.000 euros.

León

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El mejor bonsái de España es un tejo Taxu baccata de 350 años—le han practicado la prueba del carbono-14— cuidado por el leonés Rubén Ciezar Villanueva durante dos décadas. Un jurado internacional, en su mayoría formado por japoneses, lo encumbró al primer puesto Dai (el más grande) el pasado fin de semana en Madrid durante la celebración del mayor evento internacional de bonsáis en el que participaron un centenar de profesionales de este arte milenario. El bonsái está en León, protegido de los rigores del frío en esta época del año, en un espacio que comparte con otros 150 ejemplares, de los que 35 son «de primera división», según los califica Rubén Ciezar, que dedica una media de quince minutos diarios al cuidado y mantenimiento de los árboles enanos. «En temporada alta puedo dedicar dos horas», dice.

La opinión de los expertos ha revalorizado el valor del árbol, por el que le han ofrecido 50.000 euros. «No lo vendo», asegura. El tejo centenario no estará, de momento, en un mercado de coleccionistas que cotiza al alza. «En Japón hay bonsáis que se venden por dos millones de euros».

Los japoneses son los maestros en esta técnica que consiste básicamente en cultivar un árbol en una bandeja con técnicas agrícolas especiales.

El amor por los bonsáis, una afición que adquirió Rubén a los 10 años, le llevó a estudiar Ingeniería Agrónoma. «Soy empresario. Estudié Ingeniería Agrónoma sólo y exclusivamente para adquirir los conocimientos necesarios para cuidar mejor a mis bonsáis». Nunca ejerció esta profesión salvo en la privacidad de su jardín con el cuidado de sus plantas. «Es relajante, una terapia, encuentro que me hace sentir bien». Y que lo diga Rubén pudiera parecer contradictorio porque su pasado como púgil profesional en apariencia es opuesto a esta tranquilidad que busca en la jardinería. Rubén, natural de Ponferrada, fue campeón nacional de kick boxing, un técnica japonesa que mezcla el boxeo con las artes marciales. «Por una parte practicaba un deporte que me subía la adrenalina y luego me hice un maestro en bonsáis porque me sirven de terapia para relajarme».

La mejor de Europa
El objetivo de este leonés es crear una de las mejores colecciones de Europa de árboles autóctonos

El evento internacional celebrado en Madrid, organizado por UBE, la asociación española de expertos en este arte milenario, reúne a los mejores profesionales en un encuentro en el que se organizan exposiciones, concursos, mercadillos, talleres y demostraciones de los más prestigiosos instructores del mundo, tanto nacionales como japoneses. En el jurado de este encuentro estaba Luis Vallés, uno de los mejores maestros de España, encargado durante muchos años del cuidado de los famosos bonsáis que el socialista Felipe González cultivaba en La Moncloa durante su presidencia en el Gobierno de España. «Luis Vallés me ha dado la máxima puntuación», destaca Rubén. El ex presidente del Gobierno donó todos los árboles al Museo de Bonsáis de Alcobendas. «Los árboles que tenía Felipe González son de peor calidad que los míos. Las técnicas evolucionan y ahora se consiguen de mayor calidad».

Rubén lleva mas de 30 años con esta afición que cada vez tiene mas seguidores. Ha ganado ya más de 50 premios en diferentes en campeonatos en España y fuera del país. En Bélgica quedó en el segundo puesto con los cinco mejores árboles en miniatura de toda Europa. Ya ha obtenido premios en otras ediciones y espera conseguir por primera vez el premio de mejor árbol de Europa en el campeonato que ce celebrará en Bruselas en el mes de febrero. «Voy con otro tejo que tengo en Madrid. Este fin de semana voy a trabajar en él con un instructor. Es un tanque, vamos a ganar, seguro».

Los bonsáis «son árboles malcriados o que tienen malformaciones y no crecen». Los maestros en este arte utilizan técnicas «similares a las empleadas de tutorización en los cultivos de las viñas en espaldera. Soy ingeniero agrónomo y aplico principios de jardinería, por eso no entiendo las críticas que a veces llegan de los ecologistas, que dicen que torturamos a los árboles», asegura. «Los productos que utilizamos para abonos y fertilizantes son de primera calidad, cuestan más que el mejor whisky escocés».

El objetivo de este leonés es crear una de las mejores colecciones de Europa de árboles autóctonos. En su jardín se mezclan hayas, encinas, pinos silvestres, arces campestres, robles y juníperos. «Los más cotizados son los tejos, pero está prohibido cogerlos en el campo. Yo compro árboles el los congresos, también hay tiendas especializadas, aunque en León hay muy pocas».

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