La libertad sexual de las mujeres se cuestiona más
Un estudio de la Universidad de Granada revela que hay un doble rasero que las juzga más severamente que a los hombres
Los hombres españoles de entre 26 a 55 años no aprueban que la libertad sexual de la mujer sea idéntica a la de ellos, algo que sí hacen los que están fuera de esa franja de edad, según un estudio desarrollado por la Universidad de Granada. Investigadores del Laboratorio de Sexualidad Humana (LabSex UGR) del Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento (Cimicyc) de la Universidad de Granada han llegado a esa conclusión en un artículo publicado en la revista The European Journal of Psychology Applied to Legal Context, del que ha informado la Universidad en un comunicado.
Los investigadores han analizado el denominado «doble estándar sexual» que se emplea para evaluar la misma conducta sexual dependiendo de si la lleva a cabo un hombre o una mujer.
«Ese doble rasero se observa cuando las personas valoran las conductas sexuales relacionadas con el ejercicio de la libertad sexual, pues la misma conducta (por ejemplo, tener muchas parejas sexuales) se valora más positivamente si la realiza un hombre que si la realiza una mujer», han explicado los autores del artículo.
De forma similar, cuando las personas valoran las conductas sexuales relacionadas con el recato se valora más si esa conducta la realiza una mujer en un «doble estándar sexual» que siempre es favorable al hombre.
Los investigadores analizaron cómo se distribuye el apoyo a las diversas formas de doble estándar sexual con 2.002 personas heterosexuales, la mitad hombres y la otra mitad mujeres, de diferentes lugares del país y de cuatro grupos de edad diferentes. «Nos interesaba conocer cómo se distribuye, entre los hombres y las mujeres y entre los grupos de edad de los participantes, la incidencia de esas tres formas de raseros o normas para evaluar las conductas sexuales», han apuntado los investigadores. Los principales resultados reflejaron que en el conjunto total de la muestra prevalece la norma sexual igualitaria, aunque la mayoría de los hombres apoya un doble estándar.