Los manjares de las ganaderas leonesas
Chorizo de oveja, cachopo de vaca, caldereta... son algunas recetas leonesas recogidas en el libro Sabores y Raíces de Ganaderas en Red. El colectivo de más de 200 mujeres de toda España, celebró su encuentro anual el fin de semana en
Del campo a la cazuela. Ganaderas en Red hizo realidad su proyecto de 2022 con el libro Sabores y Raíces con la participación de 45 personas, entre ellas un hombre, de toda la geografía española. Con esta iniciativa dan visibilidad a manjares arraigados en los diferentes territorios rurales donde pastorean a sus ganados.
Sabores y raíces «atesorados principalmente por mujeres» y que han sido transmitidos de generación en generación son compartidos ahora con todo el mundo a través de esta publicación respaldada por la Fundación Entretantos.
Violeta Alegre Natal , de Veguellina de Órbigo, y que junto a su marido, Gregorio Fidalgo, hace la trasterminancia —trashumancia corta—con sus merinas negras y blancas con Omaña y Abelgas aporta recetas tan singulares como el chorizo de oveja y las plateras de Abelgas, setas que también se sirven con este chorizo que muy pocas personas conocen.
Marisol Martínez
Con estas dos recetas, Violeta rinde un homenaje a su suegra, de quien las aprendió, «mujer ganadera de cuerpo y alma», subraya. «Me hizo mucha ilusión», apunta. Yessica Suárez Gutiérrez, de Ocejo de la Peña, comparte con su marido una ganadería de vacas, yeguas, cabras y ovejas en Ocejo de la Peña, muy cerca de Cistierna. Ganadera de forma oficial desde hace dos años, en realidad son casi dos décadas dedicada a esta labor de forma invisible como todavía lo hacen muchas mujeres en el campo.
Yessi ha aportado recetas como el cachopo de vaca, las brochetas de conejo, el chorizo de cerdo y, aunque sean de mar, también los boquerones en vinagre. «Me encanta cocinar y lo he difrutado mucho. Es un libro muy bonito».
Susana García Fernández, ganadera de Chozas de Abajo, aporta un plato clásico de los pastores de León y en particular de los que hacían la trashumancia desde Extremadura a los puertos leoneses, la caldereta de cordero. «Es un poco contada y un poco mía. Mi marido viene de una familia de pastores, mi suegra me pasó la receta y yo la modifiqué un poco. La hago al estilo de mis guisos», explica. Susana recuerda que su suegra «fue una gran pastora y tenía ovejas churras del país», una raza que ya casi no se ve en las tierras leonesas.
«El libro de GER es una fuente de sabiduría muy importante para que la gente sepa cómo cocinar los productos que producimos y puedan disfrutar de ellos», asegura otra ganadera leonesa, Marisol Martínez Álvarez, de San Román de los Caballeros. «Muchas veces no compran nuestros productos por no saber cocinarlos y esto también es nuestra lucha», apostilla. Ella también lo pone en práctica: «Me ayuda a aprender a cocinar, que no me gusta nada; a mí lo que me gusta es estar con los animales».
Marisol tiene una ganadería de ovejas merinas compartida con su marido en este pueblo del Órbigo del municipio de Llamas de la Ribera. Es una ganadería extensiva aunque no practica la trasterminancia.
Marisol Martínez y Violeta Alegre son las dos ganaderasleonesas que este fin de semana participaron en el encuentro anual de Ganaderas en Red en La Solana (Ciudad Real). En la cita anual de GER han estado mujeres de todo el territorio (Andalucía, Aragón, Navarra, Cantabria, Castilla y León, Galicia, Extremadura, Castilla la Mancha o Madrid). Cada año, este encuentro recorre alguna parte del territorio español para facilitar la asistencia de todas las que forman parte de la red.
En la asamblea evalúan la trayectoria de GER, planifican colectivamente los nuevos proyectos y estrategias de difusión, diferenciación y apoyo a la ganadería extensiva, como el libro Sabores y Raíces. El reto para el próximo año es hacer un podcast.
GER reúne a más de 200 ganaderas de toda España que se visibilizan a través de las redes sociales, que también les sirven como medio para compartir sus formas de pastoreo, diferentes según las zonas o el tipo de ganado.
Las cabras y las ovejas de Yessica Suárez, de Ocejo de la Peña, son un caso singular. «Van y vuelven solas a la peña, con un perro», comenta la ganadera. «Yo me ocupo más del ganado pequeño y mi marido de las vacas y yeguas», señala. Marisol pastorea su rebaño todo el año en San Román de los Caballeros y Violeta Alegre hace la trasterminancia entre Villazala y Castrillo de San Pelayo, donde invernan los dos hatajos que guardan Gregorio y ella, hasta Lago de Omaña en primavera y Abelgas en verano.
Susana García Fernández sale con sus vacas al campo en Chozas de Abajo, aunque también tiene un pequeño hatajo de ovejas para no perder la tradición familiar. Y
GER también es un espacio donde comparten problemas que comparten, como las trabajas burocráticas. En definitiva un sitio donde se sienten escuchadas y orgullosas del trabajo que desempeñan. «Es un grupo de unión de mujeres que tan invisibilizadas hemos estado en este sector. Por fin tenemos una red en la que todas tenemos voz». apunta Marisol. Desde que se unió a GER, esta leonesa ha experimentado la satisfacción de ser escuchada por otras mujeres, y de que su opinión y sus saberes cuenten.
Yessica Suárez señala que «somos muchas las que estamos por detrás sin aparecer en ningún sitio y GER es un apoyo que siempre está para esta escuchar y ayudar». Enamorada de su trabajo y del pueblo, esta joven nacida en Cistierna admite que «es una vida muy dura, sobre todo en invierno cuando somos tan poco. Si te gusta se lleva bien, pero no es para todo el mundo».
Madre de una chica de 17 años y un chico de 16, a los que ha criado en Ocejo de la Peña, una localidad en la que la minería y la ganadería han convivido. «La vida en el pueblo es libertad», apostilla. Pero todo sería más fácil «con menos trabas burocráticas, más facilidades de transporte, mejor cobertura de internet y servicios médicos». Casi nada... Una lista que parece lujo y es lo elemental para cualquier pueblo.