«A todo el mundo le encanta la trashumancia pero no hay ningún apoyo»

Ernestine Lüdeke, vicepresidenta de la Fundación Monte Mediterráneo, está detrás de la iniciativa que desde hace seis años trae a los puertos de León, Palencia y Burgos rebaños de ovejas merinas trashumantes desde Extremadura y Andalucía. Algunos de estos rebaños han hecho el recorrido a pie, aunque la mayoría son transportadas en camiones.

La trashumancia es la forma tradicional de conectar las dehesas del sur con los puertos del norte como despensas estacionales para los ganados. Este año han llegado con el respaldo de la fundación alrededor de 10,000 ovejas merinas a doce puertos de montaña de las tres provincias.

En León tienen alquilados los puertos de Las Pintas en Salamón y Pandetrave, en el parque nacional de Picos de Europa. «Ha disminuido un poquito», respecto al año pasado, que se alcanzaron casi 14.000. El motivo de este descenso, según Lüdeke, se debe a la falta de apoyo al proyecto solicitado, que durante cinco años se canalizó a través de la iniciativa Ovinnova, con fondos europeos.

«A todo el mundo le encanta la trashumancia, pero no hay ningún apoyo», lamenta. La Fundación Monte Mediterráneo ha asumido el proyecto este año en solitario, con el programa. «Solicitamos varios proyectos para dar continuidad a Ovinnova pero no nos aprobado ninguno», añade.

Esta alemana que se enamoró de España en los años 80 y pasa gran parte del año en Huelva, donde tiene su propio rebaño, no ha perdido la esperanza de encontrar de nuevo apoyos. La trashumancia, asegura, es «uyn modelo de futuro. Los ganaderos del sur descargan las dehesas de ganado y en el norte ofrecen un servicio ambiental a los puertos».