EDITORIAL: Vigilancia frente al peligro de las sectas
En la provincia de León actúan una veintena de sectas. El dato reclama atención porque los estudios prueban que la actividad de este tipo de grupos se hace cada vez más peligrosa. Unas 5.000 personas están vinculadas en León en mayor o menor grado a organizaciones que, en muchos casos al margen de la ley o bordeándola, actúan generando lo que se podían denominar descontroles en el comportamiento o en la visión de la realidad. El problema es complejo porque es verdad que existe un registro legal para concretar las organizaciones religiosas que cumplen con todos los requisitos, pero también se trata de un asunto que afecta a las creencias y que roza directamente con los derechos fundamentales de las personas. Pero precisamente por la gravedad del tema se hace imprescindible una vigilancia activa para perseguir y frenar los abusos, y forzar a todas las organizaciones a moverse dentro de los márgenes que prevé la legalidad. Vender sanaciones, bienestar integral o autoconocimiento es fácil. Pero la sociedad debe imponer sus normas para proteger a las personas.