El desplome de un muro se traga una calle y daña dos casas del casco viejo

Estaban en su salón durmiendo la siesta y viendo la tele después de una larga Noche de Fin de Año cuando, de improvisto, sobre el patio trasero de las dos viviendas del casco antiguo de Ponferrada se les vino encima un montón de lodo y piedras. El muro de piedra que durante los últimos más de 200 años (según un vecino) estaba soportando la tierra de un pequeño huertucho cedió, y con él, llevó por delante otro murete que encajonaba la travesía Mirador, que va perpendicular a la calle de La Calzada (cerca del puente Cubelos).

Eran cerca de las seis de la tarde de ayer. La estrecha travesía encementada quedó completamente taponada por tierra y piedras como consecuencia del corrimiento inclinado. Según un vecino de las dos viviendas afectadas, a esa hora había un Volswagen Golf aparcado debajo de una farola, justo a un metro de donde se desplomó el lienzo del muro, de unos quince metros lineales.

Al lugar del suceso se desplazó a los pocos minutos el alcalde de Ponferrada, Carlos López Riesco, quien se interesó por el estado de las dos viviendas unifamiliares afectadas de nueva construcción. Según una primera valoración de la Policía Municipal y de los técnicos, el derrumbe del muro se produjo como consecuencia de las intensas y abundantes lluvias de los últimos días. Se pudo crear una bolsa de agua hasta que, con el peso de la tierra y las piedras, el muro se vino abajo.

En una de las viviendas afectadas se encontraba una niña, que fue la que más susto se llevó, además de sus padres, que estaban con ella. «Le he tenido que dar una tila», decía aún afectada su madre. Debajo del montón de tierra se encuentra ahora el pequeño jardín, donde la pequeña tenía bonsáis que ella cultivaba. El alcalde anunciaba que hoy comenzarán los trabajos de retirada del escombro. «Hay mejores formas de empezar el año, aunque al final se quedó en un buen susto, afortunadamente», comentó Riesco.