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Las grandes tiendas ganan la batalla a la crisis en el primer día de rebajas

Los pequeños establecimientos del centro de Ponferrada viven la primera jornada oficial de descuentos con el mismo movimiento de clientes que un día normal

Una mujer ojea un pantalón en compañía de su hijo, ayer en Ponferrada.

Publicado por
m. j. alonso | ponferrada
Ponferrada

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El primer día de rebajas deja en el Bierzo dos versiones bien diferentes, la cara y la cruz de una misma moneda. Las multinacionales se llevan el gato el agua mientras que las pequeñas tiendas de toda la vida lo que ven es el gato un poco más negro. Las aglomeraciones se reducen a los establecimientos del grupo Inditex -”Zara, Oysho, Stradivarius o Bershka-”, a Mango o a Sfera. Aquí es donde se forman largas colas, por donde resulta difícil andar sin chocarse con alguien o todo un reto encontrar una prenda debajo de un montón de ropa revuelta.

En cambio, en pequeños establecimientos de ropa, calzado o bisutería de la avenida de España, en Ponferrada, el ambiente resultó más discernido durante el primer día de rebajas y eso a pesar de que los descuentos alcanzan incluso el 60%. Media docena de personas en cada establecimiento -”a lo sumo-” y ni rastro de largas colas que impidan al cliente llegar a la caja en menos de quince minutos, los comerciantes del centro de la capital berciana vivieron la jornada de ayer como una jornada normal, especialmente la mañana.

Quizás sea porque los asociados al Centro Comercial Abierto La Cebra iniciaron ya el día 6 la campaña de descuentos, o quizás se deba a que los grandes terminan comiéndose a los pequeños. «El movimiento de gente es prácticamente el mismo que un día normal y las navidades también han sido muy flojas, incluso la mitad menos. La gente viene a tiro fijo», aseguró la dependienta de una tienda de ropa del centro de Ponferrada. «En toda la mañana no hemos tenido mucho. Además, miras hacia la calle y apenas ves gente con bolsas, ese es el mejor ejemplo de la cosa no anda bien», añadió otra.

Descuentos que van desde el 25% hasta el 50% o el 60%, la misma calidad a un precio hiper reducido, pero ni aún así se levanta cabeza. «Otros años, a estas alturas de la mañana, ya habían entrado muchas más personas». Pese a ello, el optimismo no decrece y las previsiones no son tan pésimas.

La gente entra en las tiendas, mira, pregunta y vuelve a mirar. La tónica dominante es comprar los imprescindible o lo justo para darse un capricho, nada de excesos.