Poeta en la piedra

Los trenes no paraban en La Barosa cuando el poeta Luis López Álvarez era un adolescente, pero los maquinistas solía ralentizar la marcha para que los vecinos del pueblo en la linde con Galicia pudieran encaramarse a los vagones. Había que ser listo y correr, estirar el brazo, tomar impulso, y llegado el caso, ayudar al compañero, al amigo, al hijo, a subirse al convoy para que no se quedaran el camino o rodaran hacia el río Sil. Así volvió a nacer por segunda vez Luis López Álvarez, catedrático en la Universidad de Puerto Rico a sus ochenta años, autor del popular romance de Los Comuneros , escritor de sonetos clásicos, aspirante al Premio Castilla y León de las Letras y muy pronto hijo predilecto del Ayuntamiento de Carucedo.

López Álvarez, que ayer descubrió el monolito con el que su pueblo natal ha querido reconocer su figura poética, nació por primera vez también en La Barosa, hijo de un maestro extremeño que llegando al Bierzo se había casado con una viuda de Cabañas de la Dornilla. De niño, conoció la miseria de La Cabrera, compartió techo con cuatro hermanos y tuvo que criarse con un tío en Valladolid porque su padre tuvo que tomar la difícil decisión de que «al menos uno de sus hijos saliera adelante».

Todo lo recordaba ayer el octogenario poeta, trotamundos que reside en Puerto Rico desde 1998 y en su día, periodista radiofónico en París, en el Congo, donde fue asesor de Lumumba y Kabila, y funcionario de la Unesco en Cuba y Venezuela, antes de hacer carrera en distintas universidades hasta ser catedrático de la de Puerto Rico.

Vestido de negro, rodeado de amigos que leyeron sus versos y musicaron sus estrofas, como ya han hecho Amancio Prada o el Nuevo Mester de Juglaría, el nombre de López Álvarez ya figura «en la faz de la piedra», según la expresión que usó ayer uno de sus lectores. El alcalde de Carucedo, Clemades Rodríguez, anunció que el Ayuntamiento le nombrará hijo predilecto. El presidente del Consejo del Bierzo, José Luis Ramón, recalcó que la institución apoyará su candidatura al Premio Castilla y León de las Letras. Y el Instituto de Estudios Bercianos le dedicará hoy y mañana sus V Jornadas de Autor en Ponferrada. El poeta de Arribar sosegado y Las querencias , sin embargo, decía ayer que el reconocimiento que más valora es el de las personas que se saben sus versos y los amigos que se movilizan «espontánea y generosamente» para que le den un premio.