Herrera avisa del «paso atrás histórico» que daría el Bierzo si perdiera el AVE

Si a la Junta de Castilla y León le hacen falta pocas excusas para echar por tierra la gestión del Gobierno central, el ministro de Fomento se lo ha puesto verdaderamente fácil esta vez. La suspensión del que pasaba por ser uno de los proyectos estrella de José Luis Rodríguez Zapatero en el Bierzo se ha quedado en el aire y con amenaza de ser barrido por los vientos de la crisis. Esos aires llegaron ayer a las Cortes y Herrera sacó la artillería pesada para reprochar, esta vez en sede parlamentaria, el incumplimiento.

Aceptada en parte la disculpa de la crisis y las dificultades económicas del momento, Herrera se mostró «profundamente preocupado» por lo que puede convertirse en un paso atrás «histórico». No es excusa para el presidente que el Gobierno decida paralizar una infraestructura que fue anunciada a bombo y platillo en el Consejo de Ministros que se celebró en León en julio del 2004.

El jefe del ejecutivo autonómico cambió la parte por el todo, y arremetió en su primera intervención contra la gestión económica y financiera de Zapatero; su recorte de 5.000 millones de los presupuestos generales del Estado fueron la antesala del cierre de carpetas y la anulación de infraestructuras «singularmente importantes» para la comunidad, como es el caso de la León-Ponferrada-Monforte. Es la primera de una serie de infraestructuras damnificadas por la revisión del Peit que, según palabras del propio José Blanco, se convertirá más bien en un tijeretazo a las obras previstas por su ministerio.

Toda una afrenta si se tiene en cuenta, tal y como Herrera explicó en las Cortes, que el proyecto «figura en el Peit, formó parte del Plan Galicia, fue comprometida en un Consejo de Ministros y también se incluye en el Plan del Oeste». «Qué informalidad, señores», espetó Herrera tras recordar el peso que atesora la vía.

Intervención de Joaquín Otero. El portavoz del Grupo Mixto ya tenía la valoración que le pidió a Herrera en su pregunta; ahora, el leonesista quería hechos. Joaquín Otero esperaba de boca del presidente de la Junta compromisos que no dejaran a la línea del AVE del Bierzo huérfana de acciones más allá de los muros del Hemiciclo. Y lo consiguió, al menos en parte. Otero le propuso a Herrera en primer lugar reunirse con Zapatero para debatir sobre esos recortes, y reclamar la infraestructura; la segunda de las ideas fue incluir el proyecto dentro del programa electoral del Partido Popular nacional «porque quizá pueda gobernar dentro de dos años y pico» y hacer realidad, de esta forma, lo negado por los socialistas. Y por último, la triada de ideas se completaba con una reunión entre Juan Vicente Herrera y su homólogo gallego, Alberto Nuñez Feijoo, para hacer un frente común en pro de una vía que interesa a ambas comunidades. Fue este el guante que recogió el presidente autonómico; dijo no descartar el encuentro, aunque tampoco le hizo ascos a las otras dos propuestas.