Asaltan a una anciana en su casa de Penoselo y le roban más de mil euros
Tres encapuchados obligan a la mujer de 80 años a entregarles el dinero y huyen dejándola atada. La víctima vive sola y es la única residente habitual del pueblo
Dos operarios arreglaban ayer tarde la puerta de la vivienda asaltada en Penoselo.
La noche del sábado al domingo, tres encapuchados forzaron la puerta del domicilio de una anciana de ochenta años que vive sola en la pequeña localidad de Penoselo, en el municipio de Vega de Espinareda, y tras intimidarla, le obligaron a entregarles el dinero que tenía en la casa, entre mil y dos mil euros.
Los hechos acontecieron después de las diez de la noche. Los tres encapuchados cortaron primero el cable del teléfono para aislar la casa, forzaron después la puerta y entraron en el domicilio de Rosa A.F, una anciana que vive sola en la localidad situada a medio camino entre las poblaciones de San Martín de Moreda y Burbia, y que ya se había puesto el pijama para acostarse. Los tres asaltantes le arrancaron a Rosa del cuello el medallón de usuaria del servicio de teleasistencia para que no pudiera pulsar el botón de alarma y a continuación la obligaron a entregarles el dinero que tenía en la vivienda, entre mil y dos mil euros.
«Sólo me pedían, dinero, dinero, dinero y yo les decía que se lo llevaran, pero que no me hicieran nada», contaba ayer la víctima a este periódico.
Los asaltantes procedieron después a atarla y amordazarla, dándose a la fuga en un vehículo todoterreno. Rosa A.F. logró liberarse de las ataduras sobre las once y media de la noche, pero decidió esperar a la mañana para pedir auxilio a través de otro teléfono del pueblo a una amistad, que puso los hechos en conocimiento de la Guardia Civil. Los agentes de la Benemérita se personaron ayer domingo en el lugar de los hechos con el fin de reunir toda la información y posibles pruebas sobre la identidad de los atracadores.
El pequeño pueblo de Penoselo está ubicado a medio camino entre las localidades de San Martín de Moreda y Burbia y aunque en el mismo están censadas cinco personas, dos hombres y tres mujeres, solamente Rosario vive habitualmente allí, situación que los ladrones debían conocer perfectamente.
En la noche del sábado al domingo pernoctaba en el pueblo otro vecino que vio salir a toda velocidad a un todoterreno que se dirigió a la carretera que une Vega de Espinareda con Burbia. Rosa A.F. sólo pedía ayer que le arreglen el teléfono cuanto antes y volver a conectarse con el servicio de teleasistencia.