Diario de León

Reportaje | m. á. cebrones

Fuenteovejuna en Viñales

Los vecinos de la pedanía de Bembibre suplen con trabajo la falta de presupuesto para construir un área recreativa y un mirador en una iglesia que ardió en 1956

Los vecinos de Viñales trabajaron durante el fin de semana junto al antiguo campanario.

Los vecinos de Viñales trabajaron durante el fin de semana junto al antiguo campanario.

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Viñales, pedanía perteneciente al municipio de Bembibre, se ha empeñado en crear una nueva zona de ocio que se convierta en referente en la comarca. Como base, las ruinas de la antigua iglesia derruida tras un incendio sufrido en 1956, Y como finalidad; un área recreativa con un mirador desde el que observar los cambios de la comarca.

La idea de recuperar el entorno que ocupaba la antigua iglesia de Viñales a un lado del río Noceda surgió hace años, según recordaba el secretario de la Junta Vecinal, Hilmar Kossman. «Pasar por aquí y ver las ruinas del campanario durante años provocaba nostalgia y deseos de recuperar el entorno». Y con esas ganas, desde la Junta Vecinal que preside Feli Manrique, se estudiaron distintas posibilidades hasta conseguir el proyecto definitivo que acaban de poner en marcha.

Desarrollar la nueva zona de ocio supone un gran inversión de la que no dispone la Junta Vecinal que, tras llamar a varias puertas, consiguió que el Consejo Comarcal del Bierzo aportará 6.200 euros. Sin embargo, no cubrir el coste total de la obra no amedrentó a los responsables del proyecto que han buscado la implicación de los vecinos para hacer realidad una de las actuaciones en las que más empeño se ha puesto. Y las gentes de Viñales, como en Fuenteovejuna, «todos a una» han unido sus esfuerzos. De este modo son de la localidad el redactor del proyecto, el diseñador de los jardines, el empresario que pone a disposición la maquinaria de movimiento de tierras, el carpintero que se encargará de la puerta y escalones del futuro mirador, y el resto de vecinos que aprovechan sus ratos de ocio para limpiar la zona de maleza, remover y apilar las piedras que se utilizarán en el nuevo diseño.

Escalera de caracol. La zona de ocio tendrá como pieza principal el antiguo campanario de la iglesia, que ya amenazaba con derrumbarse pero que será restaurado garantizando su seguridad. En el interior se colocará una escalera de caracol con armazón metálico y peldaños de madera por la que se accederá a la parte superior, unos diez metros de altura, donde se colocará un mirador circular con cubierta. En el acondicionamiento del entorno se descubrirán los restos de las distintas paredes de la antigua iglesia para crear parterres, así como un completo paseo de piedra ahora enterrado, tal y como señalaba Kossman.

Paseo de piedra .«La gente mayor que recuerda esta iglesia asegura que existe alrededor de ella un paseo de piedra, de entre dos o tres metros de ancho por el que se hacían las procesiones, ese será el paseo principal de la zona». El proyecto incluye la recuperación del antiguo puente, ahora inhabilitado y situado paralelo al actual. «El puente actual tiene en su barandilla una apertura que da al puente viejo. Ahí colocaremos unos escalones y así se creará una zona peatonal para evitar que quien quiera acercarse a los nuevos jardines tenga que hacerlo por la carretera», asegura Kossman.

Considerando que «la mano de obra es de tiempos perdidos», los responsables de la Junta Vecinal aspiran a que la actuación esté completada en tres meses, periodo tras el cual, un torreón casi perdido servirá de memoria de un pueblo desde la dignidad del esfuerzo en común.

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