Monumentos y naturaleza por doquier

La pequeña Compostela es un filón. Entrando por la vieja N-VI el castillo de los marqueses de Villafranca (XVI) incendiado en la Guerra de la Independencia, hoy residencia de Marita y el compositor Cristóbal Halffter. Más abajo, la Colegiata, frente al parque, edificio religioso de tres naves de principios del XVI, culminado en el XVIII, con una gran riqueza en su decoración interior. El convento de La Anunciada, sobre las ruinas de un antiguo Hospital de Peregrinos, fundado en 1606 por Don Pedro Álvarez de Toledo para su hija monja. Edificio de gusto italianizante con iglesia de una sola nave, en el que brilla su retablo principal (XVII). El patrimonio industrial tiene en la conservera Ledo y en la vieja alcoholera de Femita unos extraordinarios exponentes arquitectónicos de otra época y de otros ingenios, ligados siempre al mundo de la agroindustria y de los derivados de la vinicultura. Por la carretera de Paradaseca, en Villar de Acero hallamos un castaño legendario, El Campano, tan frondoso y centenario. La braña de La Alzada, también en Villar, es un paraje único por su fragor. Como las Medulillas de la Leitosa, unas Médulas en pequeño, o el poblado de Campo del Agua el gran reducto de las pallozas. (www. villafrancadelbierzo.org).