Reportaje | Sara R. Gallardo
Patrimonio en el exilio
Más de ochenta piezas arqueológicas y objetos artísticos del Bierzo se exhiben fuera de la comarca
Como un relato de fantasmas, el cáliz y la patena del abad Pelayo, custodiadas por el antiguo monasterio de Peñalba, desaparecieron en un punto incierto de la historia y fueron a parar a La Maragatería. El fraile berciano las encargó en el siglo XII y siete siglos después algún responsable de la Diócesis de Astorga decidió regalárselas al arzobispo de Valladolid. El prelado dejó estas piezas a sus herederos, quienes a su vez las vendieron a un anticuario. Pero este no fue su último viaje, ya que en 1886, el anticuario las revendió al Museo del Louvre de París, donde todavía hoy continúan exhibiéndose.
Esta es sólo una de las historias de las innumerables piezas del patrimonio artístico e histórico del Bierzo que, de una manera o de otra, han acabado en museos de toda España o del extranjero. Las reivindicaciones para que se devuelvan las obras expoliadas desde la comarca han sido muchas y nunca habían dado sus frutos hasta ahora. Recientemente, la Junta de Castilla y León decidió traer de vuelta dos lápidas funerarias romanas al Museo Bierzo Altode Bembibre desde del Museo de León, abriendo así una puerta a que otras muchas puedan también exponerse en los museos más cercanos a su lugar de origen.
En 1975, el fotógrafo Amalio Fernández y el pintor Andrés Viloria elaboraron un catálogo con medio centenar de obras de procedencia berciana esparcidas por siete museos distintos. A partir de aquel catálogo, el Foro Cultural por la Provincia de El Bierzo ha realizado un seguimiento bastante exhaustivo de todas las halladas con posterioridad. Entre las casi 80 que actualmente se tienen clasificadas, el Edicto de Augusto, encontrado en 1999 en Bembibre, es una de las piezas patrimoniales por las que más se clama. Al igual que el edicto, también la Cruz de Peñalba, el emblema más reconocido de la comarca, o el Calvario de Corullón se encuentran en el Museo de León. Según el foro cultural, esta última pieza se llevó con la intención de restaurarse, pero sigue en León desde 1931, a pesar de las solicitudes de los vecinos de Corullón por traerla de vuelta. En ese catálogo, las joyas son las obras romanas y prerromanas: aras, esculturas, epígrafes, armas u objetos de uso. Aunque la comarca cuenta ya con tres museos aptos para conservar y guardar las obras patrimoniales, en Bembibre, Ponferrada y Cacabelos, las mayores galerías de arte e historia bercianos se encuentran todavía en León y en Astorga, tanto en el Museo de los Caminos como el catedralicio. Las que allí se exponen son de propiedad pública, pero otras forman parte de colecciones privadas o se desconoce su paradero. Es el caso de la lápida visigótica de la ermita de Santa Cruz en Montes de Valdueza, robada en 2007 después de anunciarse su exposición en las Edades del Hombre.
A pesar de conocerse decenas de piezas, otras no podrán siquiera catalogarse porque se perdieron irremediablemente en ventas ilegales o fundidas. para conseguir el metal del que estaban hechas, ya fuera bronce, oro o plata. Sin embargo, el paradero de la arqueta de San Genadio, el Edicto de Augusto o la Cruz de Peñalba es sobradamente conocido y desde los municipios bercianos se empieza a solicitar su vuelta.