Diario de León
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La gaveta | c. gaveta

Los ayuntamientos de La Cabrera han condecorado a Manuel Fraga Iribarne como gesto de gratitud hacia sus desvelos por la comarca. El acto fue en el Senado, y en su desarrollo sospecho que, de algún modo, estuvo presente un viejo mito. El de Fraga, claro. Pero el mito del Fraga de Franco, el de aquel tiempo injusto y severo. La leyenda de un joven, gordo, catedrático, hiperactivo e impetuoso. Un gallego de origen modesto con admiradores en el campo, las ciudades pequeñas y en la clase media baja.

«Trabaja 18 horas diarias», se contaba; «se lleva tres secretarias cuando está de vacaciones; lee dos libros a la vez; se sabe leyes enteras de memoria-¦». Eran frases que imponían mucho a algunos señorines de Ponferrada que en ocasiones hasta tenían en casa cartas del propio Fraga, enmarcadas en el salón. Ese éxtasis por Fraga, por aquel hombre que trabajaba tanto y que era tan honrado quedó por ahí, en levas de españoles de cierta edad. Y reaparece en conversaciones, ya declinantes. Pero también pudo estar presente, como pájaro del pasado, en el homenaje de La Cabrera al ex ministro de Franco. Un hombre que, justo es reconocerlo, llevó a la derecha española a la democracia; la insertó en la normalidad y la Constitución, de la que fue uno de sus redactores.

Fraga ha venido al Bierzo con frecuencia, sobre todo a pescar en el río Burbia. Y parece ser que no eran pocos los bercianos que se emocionaban al verlo en el cauce, con los aparejos y el traje verde. O cuando iba a almorzar a Villafranca. Porque Fraga era el hombre que lo sabía todo y lo leía todo, lo pescaba y lo comía todo. Lo que no sé bien es qué hizo a favor de La Cabrera, pero seguro que algo hizo. De momento, resalto una coincidencia: Fraga fue nombrado ministro por primera vez en 1962, justo en el mismo verano en que Ramón Carnicer, el gran escritor leonés, realizó su viaje por La Cabrera. Viaje que, escrito, reveló el dolor y la extrema pobreza, el abandono y la superstición que asolaba la comarca. Dentro de dos años, cuando sea cumpla el centenario del nacimiento de Carnicer y el cincuentenario de ese viaje memorable, espero que autoridades y gentes honren a quien tanto hizo por La Cabrera. A quien la rescató del olvido.

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