Vecinos de Candín denuncian trabas para empadronarse en el municipio
Los afectados aseguran que en el registro les dan largas o rechazan sus peticiones por motivos como el mal funcionamiento del ordenador o goteras
El Ayuntamiento de Candín, donde no han podido empadronarse, en una imagen de archivo.
La vecina de Lumeras Rosario García pensó que había algo contra ella, cuando el pasado 1 de septiembre salió del registro del Ayuntamiento de Candín sin poder empadronarse. Al volver al pueblo y comentar el suceso, cayó en la cuenta de que no era la única a la que le impedían registrarse con negativas sin ninguna justificación.
Al menos dos decenas de vecinos de los pueblos del municipio de Candín, en el valle de Ancares, coinciden en el mismo problema. La mayoría de ellos son prejubilados, pensionistas o antiguos vecinos que se trasladaron a otras ciudades y en los últimos años han decidido volver al pueblo y empadronarse en él.
Pero desde el registro, las excusas que los afectados dicen recibir son variadas. Desde goteras, cierre del registro sin motivo, vacaciones, avería en el ordenador, hasta que en «julio no se puede empadronar».
Las quejas no se han hecho esperar. Santiago García García, jubilado, es uno de los que ha expuesto su queja al Ayuntamiento, ya que lleva desde marzo intentando registrarse sin conseguirlo. Lo único que se les ha expedido es un justificante de su solicitud, que según la secretaria debe tener «el visto bueno del alcalde» de Candín, el socialista Pablo Rubio, en el plazo de un mes.
«¿Desde cuándo se necesita el visto bueno de un alcalde para empadronarse en un lugar?», se pregunta Santiago, que intuye que la negativa se debe a motivos políticos.
En la misma situación está Aladino Abella, cuyo hermano sí está empadronado, pero al que tampoco le dejan registrarse con la única excusa de que «ahora no se empadrona a nadie». Todos los vecinos intuyen que esta situación tiene que ver con las próximas elecciones municipales. Algunos llegan a aventurar que el acalde tiene miedo de registrar a demasiadas personas y perder las elecciones. Sin embargo, la respuesta de los afectados es común. «Él no sabe a quién voy a votar», argumenta Rosario, «o siquiera si tengo intención de ejercer mi voto».
María Luisa Valcuende, que pasa largas temporadas o incluso años en Lumeras con su familia, lleva intentando registrarse desde mayo. Se pregunta perpleja si ella o sus hijos llevan «un pantalón que no le gusta -“al alcalde-“» o no son «suficientemente altos o guapos como para negarnos el padrón».
Este periódico ha intentado ponerse en contacto con el alcalde de Candín, Pablo Rubio, pero ha sido imposible debido a que estos días se encontraba de luto.