De la apnea al deterioro vascular

Entre los problemas del sueño, la apnea es de los más estudiados. Se trata de una enfermedad crónica que altera el ritmo respiratorio durante el sueño, concretamente, cursa con episodios de corta duración de interrupciones o pausas en la respiración. Entre la población, tiene mayor incidencia en el sexo masculino, con una edad comprendida entre los 45 y los 55 años, con sobrepeso y roncador. No obstante, también se da en mujeres y, aunque en menor medida, en niños.

El Síndrome de Apnea-Hipopnea del Sueño (SAHS) tiene consecuencias inmediatas y otras a largo plazo que repercuten gravemente en la salud de quienes lo padecen. Es la principal causa de hipertensión arterial conocida y factor de riesgo de cardiopatías, arritmias y accidentes cerebrovasculares». Además, tiene una relación directa con los accidentes de tráfico. Según la Separ, en torno al 25% de los accidentes están relacionados con la apnea. «Estamos hablando de pacientes que acaban teniendo problemas vasculares muy importantes y un deterioro en edades jóvenes», apuntó el neumólogo Rafael Castrodeza.

Cansancio, somnolencia diurna, pequeños accidentes laborales, inapetencia sexual, dolor de cabeza al levantarse, dificultad de concentración, cambios de carácter, disminución de la memoria o sequedad bucal son algunos de los síntomas de la apnea del sueño.