Villancicos, devoción y picaresca

San Andrés de las Puentes revivió ayer, un año, más el Canto del Ramo, un acto que mezcla teatro, imaginación literaria y auto sacramental y que hace medio siglo se celebraba en la noche de Nochebuena. El día cambia, según señalaba el pedáneo, José Luis De la Torre, «porque ahora en Nochebuena la gente prefiere una velada familiar», pero las actuaciones resurgen.

De la Torre señalaba que, una vez finalizada la misa, se acercan a la iglesia los niños de la localidad y las doncellas «con las mejores galas». Y tras solicitar el permiso del cura, se adentran en el templo precedidas de un ramo del que han colgado dulces, adornos y regalos. Una vez en el templo entonan canciones populares, villancicos y suman la sátira y la picaresca. «Las jóvenes del pueblo dedicaban canciones o poesías al chico que les gustaba. Por su parte los mozos, recién pasada la matanza, habían guardado y secado las vejigas del cerdo, esa noche las hinchaban y, una vez que alguna joven les dedicaba una poesía las hacían explotar», explicaba De la Torre. También el sacerdote podía ser el objeto de alguno de los poemas especialmente escritos para esa noche. «Era partícipe de esta actividad al punto de que tradicionalmente, tras esta celebración, invitaba a los participantes a un vino y dulces».

El tiempo transcurrido y el progreso poblacional de San Andrés ha motivado que sean componentes de la asociación cultural de la localidad las encargadas de desempeñar el papel que tradicionalmente hacían las doncellas. Una decena de mujeres, ataviadas con mantones bordados, fueron las encargadas de entonar los cánticos o recitar estrofas en las que, con sátira y picaresca puntualizaban propiedades «de quien son estas gallinas, las gallinas de quien serán, las gallinas son del cura y del gallo del sacristán», o propuestas de relaciones en casos subidas de tono. Un manojo de globos se explotaron en sustitución de las vejigas y los niños, ataviados de pastores pusieron la nota tierna al acto del canto del Ramo. De la Torre espera que la fiesta de ayer sirven «para unir y limar posibles asperezas entre los vecinos» y agradeció el patrocinio a las entidades Caja España y Caja Duero en la comida popular que cerró el acto.