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Bajo el síndrome del avispón asiático

Los apicultores del Bierzo denuncian la desaparición, en un año, de la mitad de sus colmenas y critican la pasividad de la Administración ante el desplome del sector

Los apicultores de la comarca no saben por qué han desaparecido la mitad de las abejas

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r. arias | ponferrada
Ponferrada

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La vespa mandarina o avispón asiático es una especie de killer dentro del maravilloso mundo de los insectos. Esta especie, que puede medir hasta cinco centímetros, puede exterminar de manera fulgurante colmenas con miles de ejemplares de abejas. En el Bierzo también se ha detectado su presencia. «Ataca a las abejas apresándolas al vuelo y decapitándolas seguidamente», explica a este periódico José Antonio Álvarez Blanco, secretario de la Asociación Berciana de Apicultores (Aberapi).

Si la vespa mandarina fuera, sin embargo, la causante de la desaparición masiva de las poblaciones de abejas en la comarca, los productores estarían quizás algo más tranquilos. Pero lo cierto es que los integrantes de la asociación ignoran lo que está ocurriendo realmente para tratar de poner coto a semejante exterminio.

Hace un año, según los datos de Aberapi, existían en la comarca alrededor de dos mil colmenas. A finales del año paso, sin embargo, sólo se contaban asegurados 899 colmenares. La estadística se presentó en la reunión que los apicultores asociados celebraron la semana pasada en la Casa de la Cultura de Camponaraya para analizar la situación.

Hace cuatro años, el número de colmenas dedicadas a la producción de miel y otros derivados rondaba las cuatro mil. Ni antes ni ahora, según denunciaron los apicultores, la Administración se ha interesado demasiado por el sector. Ni a propósito de sus problemas, ni tampoco cuando se ha tratado de incentivar esta actividad.

Esta desatención, sin embargo, resulta especialmente grave en estos momentos. «Los apicultores no tienen explicación a lo que ocurre. Las abejas se les han muerto o han desaparecido porque en muy contados casos se encuentran ejemplares muertos en la colmena. Lo normal es que desaparezcan en pocos días», subraya José Antonio Álvarez en declaraciones a este periódico.

82 apicultores. «Las enfermedades que habitualmente las perjudicaban son conocidas y en cierto modo controlable, como loques o varroa, pero lo que está pasando ahora se nos escapa, y es aquí donde necesitamos un poco de atención por parte de la Asministración», reclama como portavoz de Aberapi.

Para los 82 apicultores que forman parte de la asociación, aunque sólo dos de ellos se dedican exclusivamente y de forma profesional a esta actividad, desde la Administración autonómica en particular se está perdiendo otro enfoque además de mayor calado.

«Quizás no son conscientes, respecto a otros sectores del campo, como son la viticultura o los frutales, que si las abejas se mueren en unos años habrá problemas para las frutas y los vinos del Bierzo. Está demostrado que la labor polinizadora de las abejas mejora la productividad de los frutales y de los viñedos», advierte su portavoz.

Aberapi espera que no resulte todavía tarde para intervenir desde las instituciones y que se encare el problema como si se tratase del de una ramo de la ganadería menor.