El Cristo del pelo dorado

El Cristo de la iglesia de Santiago de Villafranca del Bierzo ha regresado al templo, tras dos meses de ausencia en los que ha sido restaurado. El jefe del Servicio Territorial de Cultura de la Junta, Jesús Álvarez Courel, asistió al acto de recepción de la pieza, que pueden encuadrarse en el siglo XIV, y cuyas mejoras han supuesto una inversión de 15.000 euros. La intervención, realizada por MC Restauración, se centró en las tareas de conservación y restauración, ya que se ha procedido al estudio de la realidad material de la pieza y a la subsanación de las deficiencias de conservación así como a estabilizar patologías y «poner en valor todo aquello que le imprime su valor a la obra sin enmascarar su fuerza artística y expresiva, dentro de un planteamiento de mínima intervención», según explican desde la Junta de Castilla y León.

Varios policromados. Durante el estudio se descubrió la policromía original del Cristo, que fue pintado hasta en tres ocasiones a los largo de los siglos. De la pintura original tan sólo quedan algunos vestigios en áreas ocultas. Un fino dorado cubría el cabello y el faldellín en sus orígenes y también se ha descubierto que los brazos fueron modificados.

La desinsectación se realizó sobre toda la Cruz y la limpieza de la policromía comenzó por eliminar los repintes de color negro y la capa externa de cera de abeja. También se eliminó la capa de suciedad de grasa. En los elementos metálicos se retiraron las corrosiones y se protegieron . Asimismo, se estabilizaron las grietas insertando madera de balsa y fibras textiles inertes e imputrescibles. El estucado se restringió a las lagunas del rostro. En el soporte se repuso una única pieza tallada en nogal de más de cien años y se colocó mediante un espigo oculto de madera. La protección final se centró en la reintegración cromática de la superficie original y facilitando la reversibilidad de la capa aplicada. El Cristo ha vuelto a su templo.