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Los ocho osos de Valseco 'emigran'

La Fundación Oso Pardo ha perdido el rastro de los ejemplares, pero certifica que se encuentran en el Alto Sil

Imagen de una osa y su cría tomada el pasado mes de abril en la zona Alto Sil.

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m. j. alonso | ponferrada
Ponferrada

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Durante más de un mes se convirtieron en un auténtico espectáculo natural que muchos nunca habían visto tan de cerca. Se contaron por centenas las visitas a las cercanías del pueblo de Valseco 'en el municipio de Palacios del Sil' y por miles las fotografías realizadas, pero los ocho osos pardos que durante semanas centraron el interés turístico en el Alto Sil han emigrado. Puede que nada tenga que ver la afluencia masiva de amantes de esta especie y curiosos, o puede que sí. También es posible que se movieran hacia otro valle u otra vertiente buscando alimento, o que el celo del oso espantase a las hembras, todavía no receptivas. Estas son las tres posibilidades barajadas por la Fundación Oso Pardo (FOP). La única certeza es que ya no se avistan a tres kilómetros de Valseco desde hace una semana aproximadamente.

Por su parte, desde la Junta de Castilla y León, el jefe territorial de Medio Ambiente, Mariano Torre, se muestra convencido de que la afluencia de turistas no ha tenido que ver en su marcha, ya que -apuntó- si se hubieran sentido molestos o amenazados en algún momento se habrían marchado inmediatamente y no habrían campado por la zona durante tanto tiempo. Torre quiso dejar claro también que miembros del servicio de Medio Ambiente han estado realizando un seguimiento de los ejemplares de Valseco y que diariamente se acercaban a la zona para prevenir a los turistas e impedir que abandonaran la carretera. De esta manera respondió a la Fundación Oso Pardo, desde donde apuntaron echar de menos la presencia de agentes de esta Administración, la que tiene la competencia en materia de protección.

Un animal que se mueve mucho. En cuanto al lugar que ahora acoge a las dos hembras con sus cinco crías -dos y tres, respectivamente- y al macho aislado que también dejaba verse, poco o nada pueden decir los técnicos de la Junta o los de la Fundación Oso Pardo. Pueden haberse trasladado a una zona cercana menos visible o pueden haberse desplazado kilómetros y kilómetros en busca de brotes tiernos de herbáceas o larvas. «Para un oso es imprescindible un territorio donde haya mucho alimento. Al ser un mamífero tan grande, tienen unos requerimientos de alimentación muy amplios», explicó el coordinador de Proyectos de la FOP, José Luis García Lorenzo.

Lo cierto es que la zona osera en la que se comprende el Alto Sil, denominada subpoblación occidental, «se extiende por unos 2.800 kilómetros cuadrados, desde los Ancares hasta los valles de Babia y Omaña en León, y las cabeceras del concejo de Lena (Asturias)», según explica la FOP en su página web. Se estima que en este territorio habitan 160 osos pardos. Así, las áreas de campeo en las que suelen moverse estos animales oscilan entre los 128 y los 1.600 kilómetros cuadrados en el caso de los machos, y entre los 58 y los 225 kilómetros cuadrados en el caso de las hembras.