El conflicto de Friger se encona con protestas de los operarios despedidos
Los trabajadores reclaman en Ponferrada el pago de la liquidación y cinco nóminas
«Lo único que pagamos ahora son los intereses de los créditos que pedimos para sobrevivir», decía ayer Manuel Huerga, de 59 años y más de medio siglo empleado en la factoría de Friger en Toral de los Vados. Huerga, uno de los algo más de cincuenta trabajadores del grupo Friger que ha recibido la carta de despido después de que la empresa berciana del sector del frío industrial haya optado por un ajuste de empleo para afrontar la falta de pedidos, dio ayer un paso más en el conflicto laboral y junto a una veintena de compañeros se manifestó detrás de una pancarta ante los locales del grupo en la avenida de América de Ponferrada para reclamar al menos el pago de la liquidación y de los cinco nóminas que le adeudan.
La veintena de manifestantes hizo ayer ruido en la avenida de América, observados por una patrulla de la Policía Nacional. No llegaron a cortar el tráfico y se conformaron con apostarse durante buena parte de la mañana en la acera de los locales de Friger, después de que en la empresa, aseguraron, les invitaran a volver a la calle con la advertencia de que avisarían a los agentes. «Nos dicen que estamos actuando de mala manera. Y me pregunto, ¿de qué manera tenemos que actuar? Habrá que traerles el dinero y pagarles nosotros», se quejaba, después de abandonar el local de Friger Olegario Martínez.
Los manifestantes de ayer, veteranos con más de diez y quince años de antigüedad en la empresa, en su mayor parte, cuando no con veinte o veinticinco años, saben que están abocados a cobrar una prestación por desempleo y a pleitear contra la empresa para que el Fondo de Garantía Salarial les pague al menos un parte de la liquidación que les adeudan. Huerga, con 38 años cotizados a la Seguridad Social, se lamentaba del drástico recorte que puede experimentar su pensión si logra jubilarse después de agotar el subsidio por desempleo. «Tenemos una base de cotización e 1.200 o 1.300 euros, y después de 38 años cotizados, me van a recortar un 24 por ciento de la pensión», aseguraba.
Los manifestantes están dispuestos a repetir la protesta de ayer a diario. Al menos eso advertía ante los medios de comunicación Olegario Martínez, que trabajaba hasta hace poco en la planta del grupo empresarial en Montearenas.
Martínez insistió en que los trabajadores despedidos no van contra la empresa por protestar ante sus locales. «No hacemos nada contra la empresa. Sólo pedimos lo nuestro. Nosotros lo que queremos es que la empresa vaya hacia adelante. Lo que pasa es que no han cumplido nada de lo que nos han dicho hasta ahora», afirmó.