Más de ocho mil personas protestan en Ponferrada contra la incineración

Fue una riada de gente sobre el asfalto. Más de ocho mil personas -”entre ocho mil y diez mil, según la organización, tres mil quinietas, según fuentes de la Policía Nacional-” se echaron ayer a la calle en Ponferrada para protestar contra los planes de Cosmos para incinerar residuos en su fábrica de cemento de Toral de los Vados, y contra el proyectos similares de Aqualdre Zinc en Cubillos del Sil y Biergrim en Matachana (Castropodame). La riada tuvo algunos nombres propios, como el del portavoz de la plataforma Salvemos el Bierzo, el carismático empresario agroalimentario José Luis Prada, o el del periodista Luis del Olmo, que culpó directamente al presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, de la autorización que ha recibido Cosmos para realizar pruebas de incineración. Pero fue sobre todo una corriente anónima de gente, que se manifestó sin el amparo de ninguna bandera política o sindical para defender la calidad del aire en el Bierzo y el futuro de los sectores agroalimentario y turístico, alarmados ante la posibilidad de que Cosmos comience a quemar neumáticos y plásticos, entre otros residuos potencialmente nocivos, y ahuyende a consumidores y visitantes.

La marcha comenzó bajo el sol de las cinco de la tarde en la plaza Lazúrtegui y pronto se vio que la respuesta de los bercianos iba a satisfacer a la plataforma. Con Luis del Olmo en el centro, rodeado de los presidentes de los consejos reguladores de productos del Bierzo, y con los políticos que asistieron escondidos entre los ciudadanos -”entre ellos el alcalde de Ponferrada, Carlos López Riesco-” la marcha comenzó ocupando la avenida de España, con la cabecera en el puente del ferrocarril y la cola en el punto de partida, y los manifestantes cantándole a la Virgen de la Encina, como en un día festivo.

La protesta giró por la avenida del Castillo hasta la glorieta de Luis del Olmo, con pancartas contra la incineración en Cosmos, de la plataforma Bierzo Aire Limpio contra los residuos de zinc en Cubillos y del colectivo Alerta Bierzo, constituido en Matachana contra el vertedero de Biergrim, de los vinos del Bierzo y alusiones a las promociones agroalimentarias de la Junta de Castilla y León; «Tierra de sabor ¿a qué? Junta de Castilla y León. ¡¡Aclárate!!», decía una de las más incisivas.

No se dejaron ver por la marcha sindicalistas o miembros de la Fele, que no ha querido posicionarse, aunque sí asistió el presidente del Círculo Empresarial Leonés, Abel Ángel Macías. Los candidatos de prácticamente todas las formaciones en liza electoral se sumaron a la protesta en Lazúrtegui como unos ciudadanos más.

Gaitas y timbales acompañaron a los gritos contra la incineración en una protesta apoyada por 22 colectivos y 35 adhesiones que había comenzado con las palabras de Prada. «Si el Bierzo no se mueve, nadie va a solucionarnos los problemas», afirmó en la plaza de Lazúrtegui. Y los manfestantes concentrados comenzaron a moverse, después de escuchar también un manifesto grabado de Luis del Olmo, que reservaba su oratoria en directo para el final de la marcha a los pies del castillo de los Templarios, y comenzaba calificando de «grave atentado» los planes de Comos. «La incineraciónes un peligro real», decía.

La protesta desembocó después de una hora ante un templete colocado entre el Museo de la Radio y las murallas del castillo de Ponferrada. Allí, Prada se reservó la alocución final para insistir, después de que Luis del Olmo responsabilizara a la Junta, de hasta ahora «no tienen la culpa las administraciones» de los planes para incinerar en Toral de los Vados porque el Bierzo no se había movilizado lo sifuciente. «Pero a partir de ahora, cualquier administración, desde una junta vecinal, un ayuntamiento, la Diputación, la Junta o el Gobierno central tiene que asumir que detrás vamos a estar nosotros», advirtió. Prada no había dejado de lamentarse de que el Bierzo produzca electricidad y después «pagamos los mismo (por la luz) y recibimos la mierda aquí». Pero tampoco se olvidó de que para cambiar a los demás hay que empezar por uno mismo. «Espero que cuando nos marchemos, no haya nin sólo papel, ni una colilla en el suelo, porque no vale presumir y luego que lo barran los demás», dijo.