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Canedo presentó en el 95 una lista contra Zapatero y no fue sancionado

Publicado por
León

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Lo hecho por el alcalde de Cubillos y todavía presidente del Consejo Comarcal, José Luis Ramón, y el ex alcalde de Cacabelos, José Manuel Sánchez, tiene un precedente hace ahora dieciséis años. En 1995, el alcalde de Camponaraya, Antonio Canedo, le plantó cara a la oficialidad del partido que por entonces comandaba el hoy presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que ni siquiera sancionó a Canedo por su acción.

En ese momento, Zapatero como secretario provincial del partido había garantizado que Camponaraya tendría su cuota en la Diputación provincial en la persona del concejal Eduardo Morán. Incluso, dos días antes de cerrar la lista oficial, se lo confirmó personalmente al interesado y a Antonio Canedo, pero Zapatero no cumplió y cerró la lista con Celso López Gavela, Jesús Esteban, Demetrio Alfonso Canedo y Josefa Blanco, justo dos días antes de que hubiera garantizado el puesto a Morán.

Esto provocó que Canedo, que por entonces era miembro de la Ejecutiva provincial, se movilizara y presentará su propia lista contra la oficial de la dirección provincial del partido. Finalmente, los nombres de Canedo no salieron elegidos, pero sólo por cinco votos: uno de Villablino, que no acudió a votar, y los cuatro de Toral de los Vados.

Eso sí, el órdago lanzado por Antonio Canedo provocó la movilización en El Bierzo de los por aquel entonces pesos pesados del partido: José Luis Rodríguez Zapatero, José Giménez y Miguel Martínez. Los tres trataron de frenar los apoyos que había conseguido Antonio Canedo.

Finalmente todo quedó como estaba previsto, Canedo no ganó el envite y en la siguiente ejecutiva puso su cargo a disposición de Zapatero con la afirmación: «Entiendo que no debo seguir aquí», a la que el secretario provincial y hoy presidente le respondió: «Por supuesto que sigues y te vas a encargar de acción electoral». Y Antonio Canedo se sentó y organizó la campaña electoral del partido en El Bierzo.

Son dos casos casi idénticos, con repercusiones totalmente distintas. En uno, el del pasado martes, los críticos con la oficialidad han acabado con una propuesta de expulsión por aquellos que les han llevado a la debacle electoral, mientras en el 95 Zapatero no sólo no expulsó ni expedientó, ni siquiera reprobó la actitud de Canedo, sino que le entregó la organización de la campaña electoral. Son dos formas de actuar y dos formas de dirigir el partido.