Las Médulas cautivan a los presos de Mansilla
Veinte reclusos limpian el paraje Patrimonio de la Humanidad a través de un convenio de reinserción
«Me quedan sólo veinte días para salir del centro. Para mí esto es una forma de respirar aire fresco y conocer nuevos entornos, de socializarme». Así se confiesa uno de los veinte internos del Centro de Inserción Social (CIS) de la cárcel de Mansilla de las Mulas de León que se encargaron en la jornada del miércoles de colaborar en las labores de mantenimiento y limpieza en el paraje de Las Médulas.
Una actividad que se repite por tercer año consecutivo y que tiene como principal objetivo la reinserción de presos en régimen abierto, además de potenciar una faceta educadora acercando la historia del enclave a los participantes en esta iniciativa que desarrolla el Consejo Comarcal del Bierzo. «Es increíble lo que los romanos hicieron aquí. Les debemos mucho», relata otro de los internos de camino a «La Cuevona» y «La Encantada». «Tengo ganas de conocer cómo conseguían llevar el agua de un sitio para otro», apostilla un tercero mientras observa el paisaje.
«Para ellos, esto es muy gratificante porque salen de la habitualidad. Es convivir en un mundo distinto. Todo ello es un estímulo para su vida privada», subrayó el subdirector de Centro de Inserción Social de León, Roberto García, quien ha acompañado en años anteriores a otros reclusos. García insiste en que este tipo de actividades son muy benificiosas para la socialización de este grupo que en la actualidad sólo acuden al CIS para pernoctar y el resto del día participan en otros proyectos de reinserción.
Algunos de ellos llevan diez años en la cárcel, para otros es su segundo día de condena, pero lo que todos tienen en común son las ganas de poder evadirse de su rutina diaria y de olvidarse por unas horas de su situación actual. «Es una forma diferente de pasar el día», comentan varios de los internos.
Sin embargo, no es todo trabajo de limpieza lo que realizaron estos veinte reos ayer. Hubo también tiempo para el esparcimiento y el ocio con una comida y una visita por la tarde al mirador de Orellán donde Las Médulas muestran su mayor esplendor. Muchos de ellos descubrieron así de primera mano lo que durante todo el día estaban deseando descubrir desde que empezó la jornada.