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Fallece electrocutado un minero del grupo Viloria en el pozo de Malabá

El electricista Antonio Álvarez Panizo, de 41 años, primera víctima en la provincia

El exterior del pozo vertical de Malabá, en cuyo interior se produjo el accidente, solitario ayer a

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r. arias | torre del bierzo
León

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El sector de la minería se cobró ayer su primera víctima en lo que va de año en la provincia de León, apenas un mes después de la vuelta a los tajos de la mayoría de las plantillas carboneras. El suceso mortal se produjo a última hora de la mañana en el pozo Malabá del grupo Villoria, en el municipio de Torre del Bierzo.

Antonio Álvarez Panizo, electricista de 41 años, perdió la vida al sufrir una fuerte descarga cuando manipulaba el cuadro de funcionamiento del cepillo en el interior de una de las galerías de la explotación. El trabajador resultó electrocutado y aunque tanto sus compañeros como el ingeniero que le acompañaba cuando intentaba restablecer el suministro de energía en el cepillo lo evacuaron inmediatamente, fue imposible reanimarlo. De hecho, los efectivos del Servicio de Emergencias 112 que se desplazaron rápidamente hasta la bocamina intentaron infructuosamente durante 40 minutos que Álvarez Panizo recobrase sus constantes vitales. Cuando aterrizó el helicóptero medicalizado que se envió a la zona para el posible traslado del accidentado a un centro hospitalario, éste ya se encontraba muerto.

El presidente del grupo de empresa del pozo Casares, uno de los que forman parte de la empresa Alto Bierzo del grupo Viloria, Rubén González, explicó a este periódico que la víctima poseía una gran experiencia en su trabajo aunque no hacía mucho tiempo que había sido incorporado a la plantilla procedente de una subcontrata.

Antonio Álvarez Panizo residía en la localidad de Matachana, en el municipio de Castropodame, estaba casado, y deja un hija de corta edad. El accidente, según Subdelegación del Gobierno, se produjo a las 12.40 horas.

La empresa, «segura». Según explicó la dirección de la empresa al comité en una reunión mantenida primera hora de la tarde, cuando el trabajador iba a intervenir en el cuadro del cepillo se tomó la precaución de seguridad de interrumpir el suministro. «Sin embargo parece que se quedó pegado al cuadro y que se electrocutó», comentó el presidente del grupo Casares. Con todo, el portavoz de los trabajadores explicó que ahora se esperarán los resultados definitivos del informe de Minas para valorar si deben adoptarse otras medidas. En el pozo Malabá se emplean unos 26 trabajadores que forman parte de un total de casi 150 de los que Viloria suma en los pozos Casares y Torre.