Diario de León

La ocupación hotelera no llega a la mitad, con la caída del 10% en reservas

Un grupo de turistas, paseando ayer por la mañana por el casco antiguo por la vía entre el Museo de la Radio y el castillo.

Un grupo de turistas, paseando ayer por la mañana por el casco antiguo por la vía entre el Museo de la Radio y el castillo.

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RAQUEL SARMIENTO | ponferrada
Ponferrada

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? La situación hotelera este año ha bajado respecto al año pasado ?que fue año Xacobeo? y las reservas para el verano no terminan de llegar. La ocupación hotelera no sobrepasa el 50% durante estos meses de verano en la mayoría de los casos y las plazas reservadas para el mes de agosto están alrededor del 25%.

El turismo de fin de semana aún se mantiene y llega a una ocupación del 70% de las habitaciones disponibles, pero durante la semana la ocupación no sobrepasa el 20% en muchos de los casos.

Tras el cierre del Hotel Bergidum, que contaba con 71 habitaciones, el número de plazas hoteleras se redujo a 625 , pero pese a esto, Ponferrada no llena sus habitaciones y no mejora el turismo de interior en verano.

Las visitas de más de una semana a la capital del Bierzo escasean y las plazas que se ocupan los días de diario son por motivos de negocios. Los grupos, como los viajes del Imserso, que visitan durante el año la comarca y Las Médulas, han parado sus salidas en los meses de julio y agosto y no retoman hasta septiembre las nuevas reservas. Los hoteleros esperan que entonces la situación mejore respecto a julio y agosto.

A estas fechas, el turismo en Ponferrada durante otros meses de verano ya rozaba el 75% de la ocupación hotelera, caso del Hotel AC de Ponferrada, con 60 habitaciones, según confirmaron fuentes de la gerencia. En el Hotel Temple, el que más capacidad de alojamiento tiene con 115 habitaciones, tampoco está muy animado con una ocupación del 50% y por turismo nacional.

El siguiente hotel con más plazas en Ponferrada, el Hotel Celuisma, con un año de vida, no puede hacer comparaciones con veranos anteriores pero su ocupación baila entre el 20% por la semana y alcanza el 60% los fines de semana. «El turismo de grupo dejó de venir en junio y tenemos reservas a partir de septiembre», explicaron desde el complejo.

El Hotel Ponferrada Plaza, con 40 habitaciones, también tiene expectativas muy negativas respecto a este verano con unas previsiones de bajada de casi un 15%.

Los hoteles que menos problemas y pérdidas han notado respecto al año pasado son el Hotel Madrid, con 45 habitaciones, y el Hotel El Castillo, con una oferta de 29 plazas. El primero espera llenar el 70 o el 80% de las habitaciones durante el fin de semana y mantenerse en un 20 % durante la semana, por lo que se lograría una media similar a la del año anterior. «Está un poco flojito pero como otros años, además la gente en esta época ya viaja sin reserva», remarcó desde su dirección.

La otra cara de la moneda la pone el Hotel El Castillo que, según las cifras manejadas por su gerencia, goza de una ocupación de en torno al 95% de sus 39 plazas, una situación que ya repitió el año anterior.

Turismo rural. Las que se llevan la palma del desplome son las casas rurales de la comarca, que año tras año presentan un descenso de la ocupación que cada vez es más alarmante. «Ni hay llamadas, ni hay gente», recalcó el presidente de la asociación de Turismo Rural, Carlos Atadía, que está preocupado por la situación actual, que generalmente funcionaba los fines de semana, y ahora constituye un destino olvidado.

El año pasado el turismo rural también pegó un bajón durante el verano ?exceptuando alguna casa que por la zona funciona algo mejor? pero trabajó bien los puentes y fines de semana.

Este tipo de alojamiento es ofertado desde diferentes páginas de Internet y desde las administraciones de la comarca, pero la falta de promoción no parece ser el problema. «Si no tienes un duro da igual donde te publiciten», explicó Carlos Atadía, que cree que es una consecuencia directa de la crisis económica y del descenso del poder adquisitivo del público entre 25-55 años que normalmente frecuentaba estos hogares rurales durante sus vacaciones en la montaña. «Este tipo de turismo es totalmente de relax, despertarse en la naturaleza es un cambio total para la gente que vive en la ciudad, pero la situación es alarmante y no se sabe cuando va a terminar», dijo el presidente de la asociación

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