El talento en sus manos

Nuria Basante no encuentra trabajo como arquitecta, pero creatividad no le falta. Durante una mudanza descubrió que su vocación también le podía ayudar a crear pequeñas piezas de artesanía con los objetivos más sencillos, como las pajitas de plástico que acompañan a las bebidas en los bares. Y de ahí, y a la espera de trabajar en su profesión, ha pasado a los mercadillos de artesanía como el que ayer abrió en la plaza de Fernando Miranda con una quincena de jóvenes artesanos.

Todo había comenzado, reconocía ayer, en una mudanza. Su compañera de piso no sabía que hacer con un paquete cañitas de plástico sobrante y Nuria, que ya se había aplicado fabricando antenas de papel, aprovechó para fabricarle unos pendientes y unos broches y regalárselos para su cumpleaños. «Luego llegaron las diademas y las orquillas», afirmaba junto a su puesto en el mercado inaugurado por el alcalde, Carlos López Riesco, y la concejala de Fiestas, Mari Crespo, con un recorrido por la carpa que acoge a los artesanos

Nuria Basante también vende prendedores, anillos, llaveros o alfileres desde dos euros y su habilidad le sirve para matar el gusanillo de la creatividad y de paso obtener unos ingresos. «No hay trabajo en la arquitectura y a mí me gusta mucho la artesanía, pero no me quiero dedicar a esto. Me sirve para vivir con mis padres», reconocía.

Junto a Basante, otros catorce artesanos ofrecerán hasta el día 11 de septiembre, de 11.00 a 22.30 horas, sus creaciones en vidrio, cuero, esmaltes en objetos como bolsos, carteras, bisutería o piezas de decoración. La concejala de Fiestas alabó ayer el espíritu emprendedor de los participantes y agradeció a Encina González su trabajo para aglutinar a los artesanos. Después, se convirtió en una de las primeras clientes del mercadillo.