El todoterreno venía como un tiro y el golpe fue brutal, relata un testigo

La CL-631 que une Ponferrada con Villablino es una travesía donde no se pueden superar los 50 kilómetros por hora en su tramo hasta Cubillos. A la altura del kilómetro 4, existe un semáforo regulado por los peatones, pero la velocidad a la que circulan los vehículos, a pesar de los radares móviles, hace que muchos vecinos prefieran esperar a que la carretera esté despejada para cruzar en lugar de forzar a los conductores a parar. El todoterreno que circulaba el lunes a la altura de Bárcena del Bierzo lo hacía ostensiblemente por encima de los límites, según relataron testigos presenciales. «Iba como un tiro y el golpe fue brutal», afirmó el hombre que avisó al 112. Según su testimonio, el conductor no llegó a frenar —«no dejó marcas de frenazos»— pero trató de esquivar a la peatón. «Venía como un tiro y el golpe fue brutal. Fue un misil, una locura», contaba ayer. El conductor del todoterreno, que tenía un vehículo detenido a su derecha, estuvo a punto de salirse de la carretera, pero no se detuvo. «Hizo amago de esquivarla, se fue contra la mediana, dio cuatro bandazos y casi se pega la ostia», añadió el testigo. La víctima, afirmó, sólo lo vio venir en el último momento, pero tampoco pudo apartarse.

El funeral por Rosa María Rebollo, de 44 años y con una hija, tendrá lugar esta tarde a las 17.00 horas en la iglesia del barrio de San Ignacio de Ponferrada, ciudad donde residía. Rosa María trabajaba atendiendo a unos ancianos en un domicilio de Cabañinas. El día del accidente, había quedado con un amigo para tomar un café en Bárcena. El hombre presenció el atropello desde la terraza del bar  y se encuentra muy afectado, según relataron los vecinos.