Monteira ve en la minería el pasado del Bierzo y fija el futuro en la agricultura

Se considera «el hijo pródigo que siempre vuelve» y ayer, el secretario de Estado de Comunicación del Gobierno, el periodista Félix Monteira, regresó a su tierra, Ponferrada, para participar en la popular fiesta que cada año celebra La Obrera para agasajar a sus socios más longevos. A pesar de llevar fuera de la ciudad que le vio nacer «muchos años», Monteira tiene claro por dónde pasa el futuro de Ponferrada y de la comarca del Bierzo: «La minería es la historia del Bierzo, pero el futuro no puede ir por ahí, va más en la agricultura, la industria y los servicios, aunque ésta es una comarca de población envejecida».

El periodista apuntó que el Bierzo «sigue teniendo tesoros en las entrañas de la tierra», ya que según recordó posee «el mayor yacimiento de hierro de España, aunque está sepultado, y el 90% de la reserva de antracita, aunque hoy en día no es rentable». En cuanto al carbón, sí le ve «cierta posibilidad si consigue salir adelante el proyecto de captura de CO2, que puede ser vital». La mala situación de la minería, pendiente de las decisiones que se tomen en Europa, y la «caída» del sector industrial ponen en manos de la agricultura el futuro de la comarca, según Monteira. Entre los valores de la tierra, están sus frutos y, por este motivo, el aún secretario de Estado de Comunicación apostó porque el Bierzo consiga «una agricultura competitiva y de calidad, que podría ser muy valiosa», como ya ocurre con el vino, «que compite con los mejores caldos».

Un «lobby» berciano. En cuanto a la ciudad de Ponferrada, Monteira destacó ante el propio alcalde, Carlos López Riesco, su crecimiento y la calidad de vida que ofrece ahora la ciudad y su completo equipamiento, «cuando antes era un pueblo». Riesco valoró estas palabras y abogó por hacer un «lobby de bercianos», en referencia al alto cargo político que ostentará hasta el próximo 23 de diciembre Félix Monteira, cuando será cesado para hacerse efectivo el cambio de Gobierno.

Monteira y Riesco participaron ayer en la popular entrega de insignias que cada año hace La Obrera a sus socios con más edad. En esta ocasión, la sociedad —con más de 3.500 integrantes— entregó la medalla de oro a once personas que forman parte de La Obra desde hace 50 años. La de plata, que se concede a los que cumplen 60 años, se entregó a 23 y, a mayores, se entregaron otras trece distinciones a aquellos socios con más de 80 años de edad, que en esta ocasión fueron trece. El secretario de Estado de Comunicación, Félix Monteira, recibió como mantenedor de esta jornada, la medalla de oro y un pergamino conmemorativo.

Monteira recordó como cuando era joven tenía «envidia» de las fiestas y las celebraciones que se organizaban en La Obrera. El presidente de la asociación ponferradina, Antonio Nicolás de Puente, destacó la emotividad del acto con el secretario de Estado de Comunicación —con el que compartió aula cuando eran niños— que había conseguido «un encuentro muy emotivo».