Hornija, como en Fuenteovejuna
Los vecinos de un pueblo de Corullón expulsan a tres supuestos estafadores.
Sucedió como en Fuenteovejuna. Se corrió el rumor de que tres falsos inspectores del gas estaban tratando de estafar a los vecinos más viejos del pueblo. Y el pueblo — una treinta de vecinos ruidosos— se concentró delante de la vivienda donde acababa de entrar uno de los tres supuestos estafadores y al grito de «¡que quieren robarle a los viejos!» acabaron echándole y haciéndole huir de la localidad junto a sus dos compañeros.
Ocurrió en Hornija, en la pedanía de Corullón, una población escondida a la sombra de la Peña del Seo que ha recibido en al menos en dos ocasiones la visita de falsos inspectores del gas que se acabaron llevándose pequeñas cantidades de dinero. Sobre las tres de la tarde del pasado miércoles, tres jóvenes llegaron al pueblo en un automóvil con la luna trasera rota, según cuenta la concejala de Corullón y vecina de Hornija, Rebeca González, y despertaron sospechas.
Después de abordar a algunos lugareños en la calle preguntando si tenían gas en casa, uno de ellos terminó picando en la puerta de la vivienda de Domingo y Rosario —que prefieren que no trasciendan sus apellidos—. Pero ya se había corrido la voz por el Barrio de Abajo y prácticamente todo el pueblo se concentraba ante la casa. «No le dio tiempo ni a pedirme dinero», contaba ayer Rosario, que también desconfió porque renovó su instalación de butano en agosto y le parecía demasiado pronto para recibir a un inspector del gas.
Los tres jóvenes acabaron subiéndose a su automóvil y dejando Hornija a la carrera, hasta que a la salida del pueblo fueron interceptados por una patrulla de la Guardia Civil que había sido avisada por teléfono. Los jóvenes contaron que los vecinos les habían amenazado, pero los agentes no les arrestaron —la Sugbdelegación del Gobierno confirmó que no se había producido ninguna detención en la zona en las últimas horas—. Sin denuncia formal, ni delito consumado, los identificaron y los dejaron marchar. Pero a buen seguro, se lo pensarán dos veces antes de volver por Hornija.