Diario de León

La crisis se zampa los embutidos de Molina

La industria chacinera más famosa del Bierzo regresa a sus inicios con el ERE en Frimols, su estandarte.

Las instalaciones de Frimols en Molinaseca, más de 20.000 metros en los que ahora se emplearán sólo seis operarios.

Las instalaciones de Frimols en Molinaseca, más de 20.000 metros en los que ahora se emplearán sólo seis operarios.

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r. arias | ponferrada
Ponferrada

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En los últimos cuarenta años la localidad de Molinaseca se convirtió en el emblema de los embutidos de calidad del Bierzo de la mano de una industria chacinera cuasiartesanal que creció al socaire del despegue de Frimols. Esta empresa familiar llegó a colocarse como una de las más punteras de la provincia y también de comunidad. La crisis y ciertos errores estratégicos están sin embargo a punto de devolver a este sector en Molinaseca —Molina— a su nivel preindustrial. De la media docena de compañías de menor o mayor tamaño que se dedicaban a la comercialización y distribución de embutidos —sobre todo frescos— en estos momentos sólo resisten dos. La puntilla a la otrora floreciente industria local que se ha merendado la crisis la acaba de recibir su mayor estandarte, Frimols.

Un 80% de extinciones. Frimols ha presentado un ERE de extinción para el 80% de su plantilla, la que todavía se ocupaba directamente en sus instalaciones de transformación tras el cierre del matadero y el año pasado de la granja de porcino que abastecía a la compañía. El expediente de rescisión de contratos que afecta a casi una veintena de trabajadores se presentó el lunes en Trabajo y en las condiciones actuales se materializará con la aceptación de los afectados a sabiendas de la cruda situación financiera de la sociedad. Sólo se mantendrá a media docena de operarios para centrarse en la elaboración artesanal de los productos frescos que más fama granjearon a Frimols, sus chorizos y por supuesto sus botillos.

La otra pequeña firma embutidora que mantiene el tipo en Molina es El Abuelo Manuel. Esta chacinera es una de las que surgieron al calor de la expansión de Frimols, que ya ha cumplido más de cincuenta años. «El Abuelo» mantiene no obstante a una plantilla de apenas cinco trabajadores, casi la misma que sostendrá a partir de ahora el gigante en el que todos se miraron.

Como «El Abuelo», en las últimas tres décadas fueron creándose y desapareciendo paulatinamente en el pueblo firmas de similar volumen de negocio, como Pirri, Armols o Embutidos Cañas, que adquirieron cierta resonancia comercial. En todas estas cárnicas se llegaron a ocupar de manera directa, incluyendo a Frimols, alrededor de 120 o 130 trabajadores, el 20% de un pueblo con una población no superior a los 800 habitantes.

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