Diario de León

una explotación insostenible

Catisa presiona para que se legalice la macrocantera de Las Médulas y reabrirla

El grupo Martínez Núñez persigue desde el proceso concursal que la Junta le dé la declaración ambiental.

La cantera de áridos (al fondo con las instalaciones de tratamiento) compite en extensión con los picachos rojizos de Las Médulas, en una imagen de la semana pasada.

La cantera de áridos (al fondo con las instalaciones de tratamiento) compite en extensión con los picachos rojizos de Las Médulas, en una imagen de la semana pasada.

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C. fIDALGO / M. FÉLIX | PONFERRADA
Ponferrada

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Catisa vuelve a la carga. La empresa del grupo Martínez Núñez, gestionada por un administrador concursal debido a sus problemas económicos, no se resigna a dejar de explotar la cantera de Las Médulas a pesar de su impacto visual negativo sobre el paraje arqueológico y ha iniciado los trámites para lograr que la Junta de Castilla y León apruebe en un plazo de seis a ocho meses una declaración de impacto favorable al yacimiento de áridos. La cantera Peña El Rego, que ocupa una extensión de más de 63 hectáreas, no dispone de la correspondiente licencia ambiental de la administración autonómica —comenzó a explotarse antes de la aprobación de la Ley de Prevención Ambiental— se encuentra paralizada por una orden judicial, pero va a tratar de corregir su situación alegal para continuar extrayendo áridos.

El movimiento de Catisa (Canteras Industriales del Bierzo S.A.), —que ya ha remitido su propio estudio de impacto ambiental a los servicios de Industria de la Junta para que la administración inicie los trámites de la declaración—, se produce después de que en marzo del 2010, el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Castilla y León desestimara los recursos de apelación de la empresa y del Ayuntamiento de Carucedo contra la orden de paralización emitida hace ahora dos años por el juzgado de lo Contencioso número dos de León por funcionar sin licencia ambiental. El TSJ, que recordaba en su fallo que la cantera tampoco contaba con licencias urbanísticas, ni autorización excepcional de uso de suelo rústico, desestimó entonces el argumento de la empresa, que alegaba que llevaba explotando la cantera sin la licencia desde hacía cuatro décadas. «El transcurso del tiempo en el ejercicio de la actividad extractiva de que se trata, sin contar con las correspondientes licencias, no sólo no impide el otorgamiento de la medida cautelar solicitada por el Ministerio Fiscal, sino que determina su pertinencia», aseguraba el tribunal.

Y a ello se ha puesto ahora la empresa en concurso de acreedores tras encargar a una ingeniería de León su propio estudio de impacto ambiental y remitirlo a la Junta con la finalidad de lograr la declaración favorable. La empresa, que tenía 143 trabajadores en plantilla, se encuentra en concurso de acreedores desde abril del pasado año, después de promover un ajuste para dejar sólo a 35 operarios en activo que fue rechazado en un primer momento porque Trabajo no encontró justificación en la documentación aportada.

Los intentos de reflotarla pasan ahora por el estudio sobre la cantera de Las Médulas. El jefe del servicio de Industria firmaba esta semana la orden para enviar el documento al Boletín Oficial de Castilla y León y abrir un plazo de alegaciones. El expediente podrá consultarse en las oficinas de la Junta y contempla acciones para restaurar la zona, en la medida de lo posible, porque el hueco abierto en los dos montes de utilidad pública de Carucedo nunca se podrá rellenar, según reconocen en la propia administración. El estudio presentado por Catisa, según fuentes de la administración, no solicita ampliar la superficie.

A partir de ahí, el proceso administrativo puede prolongarse durante ocho meses hasta que la Comisión Territorial de Medio Ambiente, que tendrá la decisión final sobre su mesa, se pronuncie sobre si la cantera puede explotarse o debe seguir cerrada.

Una hipotética declaración ambiental favorable de la Junta de Castilla y León permitiría a la empresa explotar Peña el Rego sin ningún complejo —y llegado el caso, vender los derechos mineros a otro empresario para sanear las cuentas y pagar a acreedores— y haciéndolo a la vista de todos los turistas que visitan a diario Las Médulas y que descubren desde el mirador de Orellán el mordisco que la extracción de áridos está dejando desde hace cuarenta años en el paisaje que rodea al yacimiento arqueológico romano y que ni siquiera la declaración de Patrimonio de la Humanidad concedida por la Unesco en 1997 logró frenar.

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