Diario de León

Trifulca en el funeral por el pequeño de 2 años fallecido en enero en Albacete

El padre y un guardia civil, heridos en la pelea entre las dos familias en la iglesia de Toral.

Los agentes de la Guardia Civil, vigilando a la salida de la familia materna del cementerio de Toral de los Vados.

Los agentes de la Guardia Civil, vigilando a la salida de la familia materna del cementerio de Toral de los Vados.

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A. Calvo | toral de los vados
León

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La Guardia Civil estaba al tanto y dos patrullas acudieron a la celebración de la misa funeral por el pequeño de dos años que falleció en Albacete a mediados del pasado mes de enero, tras sufrir un golpe en la cabeza al parecer al caerse de una trona. Durante la celebración de la misa en la iglesia de Toral de los Vados las dos familias comenzaron a recriminarse y a empujarse y el enfrentamiento entre ambas partes llegó a las manos, a pesar de que el párroco llamaba a la calma desde el púlpito.

El entierro del pequeño, que falleció el 17 de enero, se ha retrasado ante el enfrentamiento que mantenían las familias paterna y materna por el lugar en el que descansarían los restos del niño de 2 años. Finalmente ha sido en la localidad natal de la madre, con la que residía en Tarazona (Albacete) desde hacía más de un año. Los padres no tenían ya ningún vínculo sentimental y el progenitor continuó residiendo en Ponferrada tras su separación.

El funeral comenzó pasadas las 17.30 horas. La familia del padre, según apuntaron algunos vecinos, ya esperaba sentada en los bancos de la izquierda y, después, en la bancada de la derecha se sentó la familia de la madre. Poco después de que comenzara la ceremonia religiosa se inició el enfrentamiento entre ambas partes, que alcanzó tal virulencia que, según algunos testigos, estuvo a punto de acabar con el féretro del pequeño en el suelo. Además, los asistentes comenzaron a salir del templo aquejados de fuertes picores en la garganta por un gas pimienta, según explicaron, mientras seguía el enfrentamiento.

Fuentes de la Subdelegación del Gobierno confirmaron a última hora de la tarde que la pelea se saldó con dos heridos. Uno el padre del niño, que fue atendido en el Hospital del Bierzo, y un agente de la Guardia Civil, que resultó herido leve mientras intentaba poner calma en la pelea, que transcurrió en el interior de la iglesia y bajo los efluvios del gas pimienta. Dos personas más fueron atendidas por el servicio de emergencias del 112 por una crisis de ansiedad y por una arritmia cardíaca. Muchos vecinos salieron despavoridos del templo agobiados y gritando ante la tensa situación.

Una vez que se recuperó la calma, el párroco reinició la celebración eucarística por el pequeño. La iglesia estaba entonces más vacía, parte de la familia paterna no volvió a entrar y muchos vecinos de Toral prefirieron quedarse fuera ante el picor en la garganta. Tras la celebración, la comitiva se desplazó hasta el cementerio, rodeados de la Guardia Civil, ya que llegaron a desplazarse hasta la localidad una veintena de agentes para impedir más enfrentamientos. Ya han abierto las diligencias pertinentes para esclarecer los hechos.

El entierro del pequeño se celebró bajo una aparente calma y tan sólo se sentía el llanto de los familiares, con una madre destrozada por la pena y que no soltó el peluche de su hijo. Más de un centenar de personas acudieron al cementerio de Toral de los Vados.

«Fue un encontronazo provocado por el dolor, pero hubo patadas, puñetazos y de todo», comentó una vecina a la salida del cementerio, mientras otros regresaban a su casa con el pañuelo en la mano, como consecuencia de los intensos picores de garganta. El alcalde de Toral, Pedro Fernández, hizo un llamamiento a las dos familias para que resuelvan sus enfrentamientos en los juzgados.

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