Antolín de Cela, empresario del año por su gestión en el Hospital de la Reina
El administrador de la Fundación recibirá el 11 de mayo la insignia de oro de la Fele.
El rector de La Encina y administrador del Hospital de la Reina, ayer en el centro sanitario.
El rector de la basílica de La Encina y por tanto administrador de la Real Fundación del Hospital de la Reina de Ponferrada, Antolín de Cela, acaba de ser elegido por la Federación Leonesa de Empresarios (Fele), «Empresario Berciano del año 2012». La junta directiva empresarial decidió de forma unánime concederle esta distinción como reconocimiento «a su gran impulso en el desarrollo, ampliación y modernización» del citado centro sanitario, que está vinculado a la Fele en la sección de hospitales y clínicas como socio fundador a comienzos de los años ochenta.
El Hospital de la Reina contó en el 2011 con un presupuesto de 6,7 millones de euros para atender el centenar de camas sanitarias y toda una amplia gama de especialidades médicas. El año pasado, los gestores del mismo centro sanitario emplazado en el casco antiguo invirtieron 300.000 euros en tecnología de sistemas de diagnóstico.
Antolín de Cela se puso al frente de la administración de la Fundación que gestiona este hospital en 1983 y desde entonces pasó de tener 14 trabajadores a contar hoy con un centenar, el 85% personal fijo. El Hospital de la Reina es una de las empresa más antiguas de la provincia y que ha venido funcionando de manera ininterrumpida desde siempre, fundada por los Reyes Católicos en 1498. Por norma, su administrador siempre es el rector de La Encina y la rige también el alcalde que hayan elegido los ponferradinos. Su dedicación, según explica Antolín de Cela, es «dar salud y acoger a gente».
El administrador, ante el premio empresarial concedido por la Fele, cuenta que él es «un empresario atípico». En este caso el dinero que utiliza no es de socios accionistas, ni de la diócesis de Astorga, ni del Ayuntamiento. Es de la Real Fundación y si da superávit se invierte en sus propios fines. Como empresario al uso tiene que dar cuentas al protectorado de las fundaciones de Castilla y León, que controla todo mediante auditoría anual. No reciben subvenciones y sus ingresos proceden del trabajo sanitario que desempeñan.