Nace la Oficina Técnica de la Sequía del Miño-Sil para realizar un seguimiento del estado de la cuenca
Se propone el ahorro en los usos no prioritarios, la reducción de la presión nocturna en redes urbanas y el refuerzo de los controles del agua captada para el abastecimiento
El presidente de la Confederación Hidrográfica del Miño – Sil (CHMS), Francisco Marín Muñoz, organismo autónomo dependiente del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, ha dictado la resolución por la que se constituye la Oficina Técnica de la Sequía de la cuenca hidrográfica del Miño-Sil. Este organismo nace a raíz de que el Plan Especial de Actuación en Situaciones de Alerta y Eventual Sequía, prevé que, una vez superado el umbral de situación de prealerta en los indicadores de la cuenca, debe efectuarse un seguimiento de la sequía, explicaron fuentes de la confederación
Esta Oficina Técnica, presidida por el presidente del organismo, está formada por los representantes de cada una de las unidades administrativas dependientes del mismo, que actuarán todos ellos con voz pero sin voto. Así, la forman el comisario de aguas, el comisario adjunto, el director técnico, el director técnico adjunto, el secretario general y el jefe de la oficina de Planificación Hidrológica, que lleva la secretaría.
La situación de prealerta que, por el momento, no pone en riesgo directo el abastecimiento de los principales sistemas, sí afecta a los parámetros ambientales, por ello, el Plan Especial de Actuación de la cuenca del Miño-Sil prevé un conjunto de medidas adaptadas a los diferentes umbrales de sequía que establece el propio plan y que han sido comunicadas a las delegaciones y subdelegaciones del Gobierno, a las Comunidades Autónomas, a las diputaciones provinciales, a las mancomunidades de municipios y a los 220 ayuntamientos que componen esta cuenca hidrográfica del Miño-Sil.
Las medidas propuestas serían, entre otras, el ahorro de suministro en usos y destinos no prioritarios, como el riego de jardines o el baldeo de las calles; la reducción de presión nocturna en las redes urbanas y el refuerzo de los controles del agua captada para el abastecimiento con el objetivo de evitar que la calidad del agua, debido al escaso caudal, sea menor.