Brillo en el adiós de la Pascua
Cacabelos cerró ayer el día grande de fiesta con una gran participación.
Decenas de personas siguieron la procesión en la que la Virgen de las Angustias fue portada por casi 30 cofrades.
Cacabelos puso ayer el broche de oro a sus fiestas patronales de la Pascua. El acto más multitudinario fue, un año más, la misa y procesión en honor a la Virgen de las Angustias. Cientos de cacabelenses se dieron cita a las puertas de su santuario para rendir homenaje a la imagen, que salió a hombros de más de 20 costaleros. Cumpliendo con la traidición, la virgen salió de su camarín acompañada del repique de campanas para recorrer las calles contiguas a la alameda.
En este marco, el alcalde, Adolfo Canedo, aprovechó para realizar un balance positivo de las primeras fiestas que su grupo de gobierno organiza, como dijo «gracias la colaboración de los ciudadanos, aunque el consejo sectorial no está formalmente constituido». «Ha sido una celebración que nos ha permitido vivir jornadas entrañables recuperando juegos tradicionales que algunos de nuestros niños ni siquiera conocían».
Entre los invitados a la Pascua estaban el delegado territorial de la Junta, Guillermo García, y los alcaldes de Ponferrada, Carlos López Riesco; Arganza, Luis Manuel González; Carracedelo, Raúl Valcarce y Congosto, José Antonio Velasco. También, el presidente del Consejo Regulador del Vino, Alfonso Arias, y el pintor cacabelense José Sánchez Carralero. Por primera vez, la corporación municipal y las autoridades realizaron el recorrido desde la plaza del Ayuntamiento hasta el santuario acompañados por los alumnos de la Escuela de Música Hermanos Sánchez Carralero de Cacabelos.
La Pascua, que este año se celebró por primera vez sin luces ornamentales en la calle, agotó sus últimas horas con un espectáculo de payasos y un corre-fuego que sustituyó a la tradicional salida del toro. Hoy, a las once de la mañana se oficiará la misa de Acción de Gracias a la que, por primera vez, acudirán los concejales del equipo de gobierno.