La Ciuden y la constructora ocultan tras una semana la causa del parón en el museo
Dragados dice que el que tiene que dar explicaciones es «el cliente, el señor Azuara».
La transparencia brilla por su ausencia en la mayor obra pública en marcha de la comarca del Bierzo. A la semana de confirmarse el parón oficial de las obras de la sede central del Museo Nacional de la Energía, en la vieja central térmica de Compostilla I de Ponferrada, nadie quiere dar explicaciones sobre lo sucedido. Los más de cien obreros de la Unión Temporal de Empresas (UTE) siguen sin regresar al andamio y crece en acumulación de retrasos este proyecto millonario, que salió a licitación en agosto del 2010 por 37,8 millones de euros y fue adjudicado provisionalmente a finales de enero del 2011 por 33.464.977 euros procedentes de las arcas del Estado.
Ni desde la constructora adjudicataria —la UTE Dragados-FCC con participación de firmas locales como Ceteco y Basante—, ni desde la Fundación Ciudad de la Energía de Ponferrada han querido dar la más mínima explicación de lo que pasa. Lo máximo que ha dicho a este diario una portavoz de la constructora Dragados es que su delegado en Castilla y León, Fernando Villalba, nada tiene que decir y que el que debe de dar las explicaciones sobre lo que está sucediendo con esta paralización de los trabajos es «el cliente, el señor Azuara».
Ayer, después de dos días de insistencia, desde el servicio de comunicación que la Ciuden tiene en la capital berciana adelantaron que mantienen los contactos con la firma constructora. «La Fundación está trabajando, está hablando con Dragados, y cuando finalice el proceso se informará», se limitaron a declarar de manera lacónica. Nada más, mutismo absoluto en cuanto a los detalles.
Aunque nadie quiere confirmarlo de manera oficial, lo poco que ha trascendido extraoficialmente es que detrás del problema de la paralización de los trabajos del Museo se encuentra el que la constructora quiere un incremento del precio del contrato, porque se ha topado con unas obras imprevistas a la hora de acometer la remodelación de la vieja central térmica de Compostilla I, la que será la sede central del Museo Nacional de la Energía. Y el director general de la Fundación, José Ángel Azuara, se niega a ello. Esta situación de impás se produce también en un momento en el que en Madrid están buscando un sustituto del propio Azuara al frente de la fundación.