MUERTE POR ARMA DE FUEGO | LA INVESTIGACIÓN SE INTENSIFICA
La Guardia Civil extrema la cautela para identificar al autor del crimen de Argayo
La Subdelagación no aclara si hay uno o más implicados en el asalto y la muerte.
La Guardia Civil intensificó ayer la investigación de la muerte del vecino de Argayo hallado en su casa con un disparo en la espalda, durante la madrugada del lunes. Y lo hizo con la mayor discreción posible. A la espera de conocer los resultados de la autopsia, efectuada en la tarde del lunes en el Hospital Comarcal del Bierzo, según señalaron fuentes próximas al caso, el equipo de la unidad de Policía Judicial encargado de identificar al autor del disparo que acabó con la vida de Ángel Gómez Fernández, minero de 40 años, está extremando las precauciones para evitar que la persona a la que buscan —y la Subdelegación del Gobierno en León tampoco pudo aclarar ayer si puede haber más implicados además del autor del disparo mortal— pueda contar con alguna ventaja en su intento de eludir a la Justicia.
Las primeras horas después de un crimen son las más importantes en una investigación, recordaron fuentes judiciales, y los agentes tienen como una de sus prioridades evitar que el autor, o autores del crimen, pueda prevenirse en caso de que se difunda alguna información que le pueda poner en guardia.
En medio del celo policial, la familia y los vecinos de Argayo despidieron ayer en la iglesia a la víctima, que murió en la escalera interior de su chalé en la calle de La Pólvora, y con sus dos hijas en los dormitorios, después de recibir un disparo en el omoplato izquierdo.
Los agentes tienen al robo como una de las líneas de investigación, pero no han descartado ninguna otra posibilidad como móvil del crimen. La víctima se había levantado de la cama y bajaba las escaleras de su casa después de oir un ruido en la parte trasera de la vivienda cuando se encontró la persona o personas que acababan de forzar la puerta para entrar en el chalé. Gómez, aparentemente se giró para regresar a la planta superior, momento en el que recibió el tiro mortal.
Según relató un familiar, las dos hijas no se movieron de la habitación y llamaron por teléfono a su madre, que estaba trabajando en un restaurante de Lillo del Bierzo y fue quien se encontró con el cuerpo y llamó a los servicios de emergencia. Las niñas, de 9 y 14 años, se encontraban en la zona de dormitorios cuando llegó.
La investigación se encuentra en manos del Juzgado de Instrucción número tres de Ponferrada.
