La basílica se lava la cara
El consejo parroquial de La Encina encarga la limpieza de la piedra dañada de la fachada oeste, que durará tres meses.
Es un lavado de cara en toda regla, como un aseo personal de mantenimiento de sus fachadas, y en esta ocasión ha tocado la cara Oeste. El consejo parroquial ha encargado las obras de mantenimiento de la basílica de La Encina de Ponferrada, que cuentan con la colaboración de la Diputación a través del Instituto Leonés de Cultura, y que forma parte de los tres principales templos de la provincia, la catedral de León, la de Astorga y la citada berciana.
Los andamios ya están colocados y el encargo de reparación y restauración es el de actuar no sólo en la fachada Oeste de la basílica, sino también en la base de la torre. Según la memoria técnica elaborada por el arquitecto que ha llevado otros trabajos de la basílica, Gerardo Arias Fernández, dentro del plan director de restauración figura la actuación en las tres fachadas del Camarín de la Virgen de La Encina. Viene a ser una continuación de las anteriores obras de consolidación, limpieza y restauración de las fabricas de la fachada Sur, Camarín de la Virgen y fachada Norte.
En esta ocasión se aplicará una reposición de la mampostería allí donde se necesite, en las partes bajas de la piedra, la eliminación de revocos deteriorados y la reposición de los mismos con mortero de cal y arena. También se aprovechará para realizar la limpieza de canalones de cobre que estén deteriorados.
En cuanto a la inversión, el presupuesto de contrata es de 15.700 euros y el plazo de ejecución de los trabajos y considerado por el arquitecto como «el más conveniente» es de tres meses. Así, esta limpieza de la fachada estaría lista para las próximas fiestas patronales de La Encina.
La torre por dentro
Según adelantó el rector de la basílica de La Encina, Antolín de Cela, lo siguiente, una vez terminada esta limpieza y reposición de piedra dañada, será ya plantearse la mejora de la torre de La Encina, pero por dentro, por su interior. «Hemos hecho la cubierta y haremos en su día la torre por dentro, porque entran las palomas y causan estropicio, pero ahora toca la fachada por fuera», resaltó. Estos trabajos de limpieza no afectarán para nada al uso habitual de la basílica para el culto diario.