Diario de León

Cárcel sin fianza para el autor confeso del crimen y dos detenidos más por encubrirlo

El cuñado de la víctima se enfrenta a un delito de homicidio; pasan a disposición judicial dos amigos suyos. .

l. de la mata

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C. F. C. | PONFERRADA
Ponferrada

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El joven de 28 años Diego Álvarez García, autor confeso del crimen de Argayo, permanecía ayer en prisión comunicada y sin fianza acusado de un delito de homicidio después de reconocer ante la juez de Ponferrada que instruye el caso que el pasado 30 de abril disparó con un rifle de caza a su cuñado, Ángel Gómez Fernández, cuando ambos se encontraban el interior del chalé de la calle La Pólvora donde compartían domicilio. Con el caso todavía bajo secreto de sumario y la investigación policial abierta, los agentes de la Guardia Civil detuvieron ayer a dos amigos de Diego Álvarez por un presunto delito de encubrimiento. Los dos jóvenes detenidos, uno de ellos natural de Sorbeda, pasaron a media tarde de ayer a disposición judicial, según confirmó el Tribunal Superior de Justicia.

El juzgado número tres de Ponferrada decidió mantener el secreto de sumario a la espera de atar todos los flecos de la investigación, aún cuando el principal sospechoso se autoinculpó ante el magistrado de guardia que le tomó declaración después de ser detenido el pasado martes. Fuentes próximas al caso confirmaron que se está investigando si detrás del homicidio de Ángel Gómez puede haber un supuesto caso de malos tratos de la víctima hacia su familia o se trata de una estrategia del detenido para atenuar la gravedad del delito.

Los agentes de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Comandancia de la Guardia Civil de León encargados del caso no descartaron en un primer momento el robo como móvil del suceso, después de comprobar que el cristal de la puerta trasera de la vivienda de la calle La Pólvora de Argayo, en el término municipal de Páramo del Sil, estaba roto. Pero las malas relaciones entre los dos cuñados reorientaron muy pronto la investigación y los investigadores comenzaron a trabajar con la hipótesis de que alguien hubiera tratado de encubrir el homicidio simulando un allanamiento de morada.

Bajo el mismo techo

Diego Álvarez residía en la planta baja del mismo chalé que la víctima junto a sus padres —los suegros del fallecido—, mientras que Ángel Gómez ocupaba la parte superior de la vivienda junto a su mujer y a sus dos hijas, de 9 y 14 años de edad.

Las dos niñas se encontraban en la casa en el momento del crimen y según fuentes familiares, no se movieron de las habitaciones del ático tras escuchar el disparo que acabó con la vida de su padre en las escaleras interiores de la casa y avisaron por teléfono a su madre, que trabajaba en un restaurante de Lillo del Bierzo.

El disparo de rifle que acabó con la víctima dejó un orificio de entrada y de salida en el omóplato izquierda, según informó en su momento la Subdelegación del Gobierno, y las pruebas de balística resultaron determinantes para la detención de Diego Álvarez, que tiene licencia de armas de caza.

La mujer del fallecido se encontró con el cuerpo y llamó a los servicios de emergencia desde el propio domicilio, apuntando la posibilidad de que alguien hubiera intentando entrar a robar en la casa, según confirmó el 112.

La investigación seguía ayer abierta, con la toma de declaración de personas del entorno del detenido.

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